“El Brutalista”: Una obra emocional que transforma a la arquitectura en cine

Si los muros hablaran dirían que salir de un infierno para rehacer tu vida, no siempre significará que todo va a mejorar como arte de magia, se va a requerir de fuerza y resistencia. Casi siempre la gente te celebra por tus logros, pero pocos conocen el proceso por el que pasaste para convertirte en la persona que hoy eres. Esa es la profunda reflexión que saco tras ver “El Brutalista”, cinta dirigida por Brady Corbet.

El filme nominado a 10 premios Oscar, incluyendo a mejor película, mejor dirección para Brady Corbet, mejor actor para Adrien Brody, mejor actriz de reparto para Felicity Jones y mejor actor de reparto para Guy Pearce, con una duración de 3 horas con 40 minutos incluyendo ya el intermedio de 15 minutos y que costó 10 millones de dólares, es una cinta que en cuestiones técnicas es una obra maestra.

Se nota el amor que el director le tiene al cine, pues con poco presupuesto hizo una película monumental. La fotografía de Lol Crawley es apabullante y magnánima, fusionándose con el estilismo arquitectónico.

Y es que como el nombre de la película lo indica, se correlaciona con El Brutalismo, una corriente estilística desarrollada hacia finales de los años 40 en la post guerra, donde los principales material son el cemento, el ladrillo y la piedra –que para ese entonces– para reconstruir las ciudades tras la guerra, se buscaban materiales baratos y fachadas sencillas que respondieran a la forma de vida de ese momento, sencillo y práctico.

El Brutalismo, además, se caracteriza por ser minimalista e industrial, sintiéndose imponente y generando frialdad, arraigo, pero también soleda, algo con lo que se relaciona íntimamente el protagonista “László Tóth” (Adrien Brody), un arquitecto húngaro que arrastrado por la guerra llega a Nueva York convirtiéndose en indigente, guardando una profunda tristeza, por la situación en la que se encuentra y el pasado del que fue víctima, es así que todas esas emociones las plasma en su obra que resulta ser en el sentido literal, muy brutal.

“László Tóth” busca del sueño americano después de haber vivido los años más dolorosos de su vida, sin embargo, estando en un nuevo país, las cosas no se presentan nada fácil, constantemente está buscando albergues donde pasar la noche, además, trabaja en construcciones para sobrevivir. Y aunque su primo le brindó ayuda, un malentendido hace que se distancien. Además está a la espera de que su esposa “Ersébet” (Felicity Jones) y su sobrina “Zsófia” (Raffey Cassidy) se reúnan con él, pues aún siguen lidiando con los estragos de la guerra en Hungría.

A pesar de que la película dura casi cuatro horas, nunca te aburres, tienes constantemente un nudo en la garganta. La actuación de Adrien Brody como “László Tóth” es contundente, siempre con una gran tristeza en la mirada. Su interpretación nunca llega al melodrama y ahí radica la magia, porque recurre a una interpretación 100% natural, te desprendes de la gran celebridad que es y caes redondito en su trabajo actoral, sientes y vibras que es ese arquitecto que vive en una tragedia constante.

Por otro lado, Guy Pearce, el mecenas “Harrison Lee Van Buren” y gran villano de esta monumental cinta, está espeluznantemente exquisito, un hombre vacío con muchos prejuicios que abusa de su poder, pero que al mismo tiempo es carismático e irresistible. También hay que mencionar la gran actuación de Felicity Jones como “Erzsébet Tóth”, la esposa de “Lászlo”, una mujer que lo ama profundamente y que está dispuesta a sacarlo del hoyo en el que se encuentra.

Este filme vale la pena verse en pantalla de cine por sus panorámicas tomas que transmiten emociones muro a muro.

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Kike Esparza

Soy un periodista apasionado del cine, la música y la moda. Tengo una obsesión por contar las horas y estornudar una y otra vez cuando tengo que tomar una decisión. Escribir es vivir.

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En este blog Kike Esparza habla desde su experiencia, 17 años en el periodismo le han permitido adentrarse y disfrutar de tópicos como el cine, la música, la moda y la diversidad. Rosa Distrito es el espacio que disfrutamos todos.

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