¡No me he olvidado de ustedes, los extraño cómo no se imaginan! Me fui de vacaciones a Europa y Oriente –apenas va un mes–, pero ya estoy por regresar. Antes, quiero contarles qué sucede en la comunidad gay con base a mi experiencia en una ciudad como Budapest en Hungría, Europa.
Allá también se puede usar Grindr y los chicos que yo vi no son el estándar de perfección que siempre nos pintan –en medios globales– sobre los hombres de acá, pero claro que hay hombres muy guapos. La vida gay en esta ciudad aún está oculta, o tal vez será cosa de que ellos son más ¿fríos?
No lo sé, pero fui a caminar a la zona gay y encontré un bar/disco llamado “COXX” –ajá, como cock–. Los chicos van además de beber y bailar, a usar drogas… también es un sitio para el cruising –encuentros sexuales ocasionales–. Es un espacio de mucha adrenalina y el tabú le da un toque divertido al contacto y expresión sexual.
Va gente de todas las edades y hay chicos para todos los gustos, pero la mayoría va directamente a eso, a coger, porque pues recuerden que hablan húngaro, algunos ni siquiera hablan inglés, mucho menos español. Entonces, si planean una cita romántica ustedes que son extranjeros, estará difícil, pero de que se puede se puede –jajajaja–.
La otra parte de esta ciudad son sus vapores o saunas gay, visité dos: “69”, un lugar con buena música y una piscina gigante o jacuzzi donde pasé la mayor parte del tiempo mientras veía a mi compañero de viaje ir y venir con diferentes hombres, pues tienes la opción de ir a un vapor, sauna, regaderas sin puertas, jacuzzi o un túnel con habitaciones a media luz donde todos esperan afuera de la puerta y poder cazar al siguiente chico.
Te regalan condones y acá en Europa es bien sabido que el uso de drogas es como en otras partes muy fácil. Entonces, todos cargan sus “poppers” o algo que tomar para ponerse “calientes”.
El segundo lugar, “Magnum”, es mucho más grande, con un laberinto de cuartos obscuros y donde todos además están desnudos, y con las mismas cualidades del otro lugar: vapor, sauna y con películas porno, los chicos van de cuarto en cuarto para desahogar la hormona. Otra vez estuve sentado en el jacuzzi y claro que me di mis vueltas para ver, oír y nada más –jajajaja–.
Solo estuve tres días chicos, me divertí pues además es una ciudad muy amigable, los automovilistas respetan al peatón, se puede ir de un lugar a otro de día y de noche pues es súper seguro, así que yo sí me podría ir a vivir allá. Pronto les contaré de mi experiencia en Turquía, un lugar bello, pero complejo.
¡Los extraño montones!
- Todas las imágenes, cortesía de Mauricio Mosqueda.