En “Aún estoy aquí”, el director Walter Salles nos sumerge en una historia conmovedora y profundamente humana sobre la lucha por la memoria y la justicia en Brasil. La película, inspirada en hechos reales, sigue la vida de “Eunice Paiva”, interpretada magistralmente por Fernanda Torres, quien emprende una incansable búsqueda de su esposo desaparecido durante la dictadura militar de los años setenta.
Con tres nominaciones al Oscar, incluyendo Mejor Película, Mejor Película Internacional y Mejor Actriz para Torres, el filme ha sido aclamado por la crítica como una obra de enorme relevancia histórica y emocional. La historia de “Eunice” no es solo la de una mujer enfrentando la incertidumbre y el dolor, sino también un testimonio de resistencia ante un régimen que marcó a miles de familias con el horror de la desaparición forzada.
Uno de los mayores aciertos de “Aún estoy aquí” es su capacidad de honrar la memoria de los desaparecidos sin recurrir a excesos melodramáticos. Salles construye una narrativa sobria y elegante, donde el peso de la historia recae en los silencios, las miradas y los pequeños gestos que reflejan la angustia de quienes buscan respuestas en un mar de incertidumbre. La cinematografía acompaña esta visión con una paleta de colores cálidos y fríos y una composición visual que enfatiza la soledad de la protagonista en su cruzada por la verdad, donde previamente se ve el amor de una familia donde todos están para apoyarse.
Fernanda Torres entrega una actuación monumental, completamente contenida y alejada de los convencionalismos dramáticos. Su interpretación de “Eunice” es la de una mujer que, en medio de la desesperación, usa la sonrisa como su más poderosa arma y aliada. En las escenas más dolorosas, cuando enfrenta la indiferencia del Estado o la insensibilidad de la burocracia, su forma de expresar frustración con una sonrisa agridulce se convierte en un símbolo de resistencia. Su elegancia al canalizar la angustia y la rabia a través de pequeños gestos hace de su actuación una de las más memorables del cine reciente.
“Aún estoy aquí” no solo es una película sobre la pérdida, sino sobre la dignidad de quienes se niegan a olvidar. En un mundo donde la memoria histórica es constantemente amenazada, esta obra se erige como un recordatorio esencial de que la justicia y la verdad son luchas que trascienden el tiempo.
