Uno de los personajes más polémicos y controversiales de las últimas décadas es Donald Trump, empresario y político de perfil ultraconservador que es repudiado por muchos y venerado por otros más. Así que era innegable que en algún momento su vida se llevara al cine, aunque no de la manera que él quisiera.
Dirigida por Ali Abbasi, la cinta “El Aprendiz”, la cual retrata los años de juventud de Donald Trump (Sebastian Stan), entre las décadas de los años 70 y 80 forjándose como un hábil empresario, muestra que para convertirse en el hombre poderoso que es, tuvo que haber tenido un mentor. Y en ese sentido, este guía, fue su abogado Roy Cohn, desarrollado astutamente por Jeremy Strong.
Mientras la familia de Donald está en un proceso legal acusada de racismo por no arrendarle a la gente afroamericana. Es que Trump conoce a Cohn y de inmediato nace entre ellos una conexión que los llevará a forjar lazos de poder e impunidad que se verán reflejados en la trascendencia de Donald como el hombre poderoso que es hoy en día.
El lema que los rige y la primera enseñanza que aprende el joven Trump es “Atacar, atacar y atacar” y nunca darse por derrotado aunque todo esté en contra. En un principio como audiencia, vemos a un joven dubitativo, con ganas de superarse y ser alguien en la vida, claro la ambición es un factor clave para lograr sus objetivos, pero con el paso de los años dentro de la historia, ese hombre se convierte en un vendedor de humo, en un gran estratega que ha superado a su maestro y entonces se vuelve un personaje siniestro y carismático (en esos años) capaz de todo por convertirse en el hombre que siempre quiso ser.
La actriz Maria Bakalova interpreta a “Ivana Trump”, una mujer con la misma ambición que su esposo, pero que una vez que él se ha aburrido de ella, comienza una relación tóxica e interesada donde solo la apariencia es lo que importa. Sebastian y Maria tienen una de las escenas más fuertes de la trama donde, el magnate abusa sexualmente de su mujer, este hecho lo hizo público Ivana años atrás, pero después lo desmintió.
Sebastian hace una interpretación bien lograda de Trump, sin caer en la parodia o el estereotipo, hace un muy buen abordaje histriónico. Sin embargo, el que resalta de manera formidable es Jeremy como un gran tiburón, arrojado y nada compasivo, que luego la vida se lo cobra cuando ve que su aprendiz es mucho más voraz que él.
Lo paradójico que muestra la película en esta relación entre su abogado y Trump, es que Donald siendo el hombre conservador que es, que va en contra de las minorías y las disidencias, dejó pasar de largo en su momento que su abogado era homosexual y que éste a su vez, tuvo que ponerse un caparazón enorme de fiereza para no ser señalado por sus adversarios con respecto a su preferencia sexual. Claro, la mezquindad toma su fuerza, cuando “El aprendiz” ve que su maestro ya no le sirve, y es ahí cuando todos los prejuicios que se guardó, salen a relucir.
Otro aspecto interesante que muestra la película es que hasta el hombre más poderoso tiene sus inseguridades y en este caso las de Trump son sobre su físico, su calvicie y su obesidad, por lo que ese aspecto vulnerable también nos recuerda que solo es un mortal como todos y cada uno de nosotros.