Después del éxito de “Señora Influencer” y la cálida recepción de “Chilangolandia”, Carlos Santos regresa con su tercer largometraje, “Qué huevos, Sofía”, una comedia con tintes dramáticos que se atreve a explorar el emprendimiento, la resiliencia y los giros inesperados de la vida laboral.
La historia sigue a “Sofía” (Giovanna Romo), una trabajadora comprometida que ve frustradas sus aspiraciones cuando la empresa en la que ha invertido años decide darle el puesto soñado a la sobrina del dueño. Decidida a no quedarse de brazos cruzados, se une a sus compañeros para abrir una pastelería propia, pero pronto descubrirán que su antiguo jefe no se detendrá hasta hacerlos fracasar.
Carlos Santos, fiel a su estilo, introduce un plot twist que eleva la narrativa más allá de una comedia convencional. Aunque el humor es el motor de la película, hay giros dramáticos que profundizan en temas como la maternidad, la lucha contra el alcoholismo y el valor del trabajo en equipo.
Uno de los aciertos del filme es su elenco, donde Giovanna Romo, aunque menos conocida, brilla en el papel protagónico. La rodean figuras mediáticas como Sergio Mayer y Ricardo Peralta, quienes entregan actuaciones energéticas y llenas de carisma. Destacan también Liliana Arriaga (La Chupitos) y Priscila Arias (La Fatshionista), quienes aportan corazón y comicidad a la historia. Yanet García cumple con un papel sólido que complementa al grupo.
A diferencia de muchas comedias mexicanas que reciclan fórmulas y elencos, “Qué huevos Sofía” arriesga con personajes entrañables y situaciones que se sienten frescas. La película logra un equilibrio entre la risa y la emoción, dejando un mensaje esperanzador sobre el esfuerzo y la superación personal.
En definitiva, Santos ofrece una película que no solo divierte, sino que deja huella, mostrando que en la vida —y en la repostería— lo importante es la calidad de los ingredientes.
