Una de las producciones que más revuelo causó este 2024 tras su estreno, fue la serie de Netflix “El secreto del río”. Una historia sobre el valor de la amistad, la identidad y la libertad. La trama se desarrolla en Oaxaca, en el Istmo de Tehuantepec donde dos niños tan distintos entre sí, crean una fraternidad que se ve coartada por los prejuicios de terceros, pero que el destino se encargará de reunir cuando sean adultos. Y ahí el público descubrirá cómo a pesar del tiempo, las circunstancias y nuestras decisiones, cuando hay un lazo inquebrantable, este no se rompe con nada.
A propósito, conversamos con las actrices Iazua Larios y Gabriela Cartol, quienes forman parte de esta historia coral. Iazua desarrolla a “Luisa”, uno de los personajes del pasado, en la primera etapa de la historia cuando los niños “Manuel” y “Erick” forjan su amistad, Iazua interpreta a la madre del segundo, una mujer que ante todo protege y cuida de su hijo, incluso de los prejuicios y machismos de su esposo.
Por otro lado, Gabriela interpreta a uno de los personajes del presente, una enfermera que estrecha un vínculo cercano con “Paulina” (Yoshira Escárrega), quien en su infancia también fue amiga de “Manuel” y “Erick” y ahora es esposa del segundo, donde se genera un conflicto con la llegada de “Manuel” ahora como “Sicarú”, la mujer que siempre quiso ser.
“Desde que conozco a Ernesto Contreras (uno de los directores de la serie) hemos hecho buena química. Y a todo lo que me invita siempre le digo que sí, sin dudarlo, así que esta vez no fue la excepción. Con este personaje, Ernesto siempre tiene la particularidad de verme con esta jiribilla que muy pocos me han dado chance de representar. Y justo esto habla de la representación, de la humanidad y de la identidad. Y creo que esa es la línea en la que yo estoy y en la que quiero estar en este momento presente de mi vida”, dice Gabriela Cartol.
Por su parte Iazua, expresa que desde que leyó los guiones de la serie, “inmediatamente me di cuenta que se trataba de un proyecto rompedor y que iba a unir fronteras con un tema importantísimo dentro de la cultura machista latinoamericana, tanto en la diversidad sexual como en los derechos de las mujeres. Supe que esto iba a ser una locura, y qué gusto participar en esto. Además, que sea en Oaxaca, porque nos lleva a todos estos colores, paisajes y lugares que no vemos tan seguido y que son tan hermosos. Y también la importancia que tiene retratar las realidades de esos lugares que tocan temas humanos que son universales”.