En un mar de comedias románticas llenas de clichés, Drew Hancock nos entrega “Compañera Perfecta”, una película que toma la estética de las chick flicks para transformarla en una comedia oscura, brutal y llena de giros inesperados. Lo que comienza como una historia de amor convencional pronto se convierte en una batalla sangrienta entre robots y nerds, burlándose de los clichés del romance cinematográfico con una mezcla de humor negro y violencia estilizada.
El corazón de la historia es “Iris” (Sophie Thatcher), quien parece la novia perfecta: dulce, entregada y profundamente enamorada de “Josh” (Jack Quaid). Sin embargo, pronto descubrimos que “Iris” es, en realidad, un robot que ignora por completo su verdadera naturaleza. Desde el principio, la película juega con nuestra percepción, presentando a “Josh” como un novio abnegado y a “Iris” como la clásica mujer “tóxica” y obsesiva. Pero el guion da un giro magistral cuando se revela que “Josh” la ha manipulado para cometer un asesinato, todo con el fin de quedarse con una jugosa fortuna. De pronto, el cuento de hadas se convierte en una pesadilla de traición, venganza y sangre.
Lo que hace que “Compañera Perfecta” sea más que una simple sátira es su capacidad de hacer una analogía con las relaciones amorosas reales. Lo que comienza con amor, romance y pasión, inevitablemente se transforma en toxicidad, juegos de poder y manipulación. Hancock lleva esta idea al extremo, donde el desgaste emocional de la pareja no solo desemboca en discusiones y resentimientos, sino en violencia literal, con un clímax que deja un rastro de destrucción.
Sophie Thatcher brilla en su papel de “Iris”, pasando de ser la novia sensible y sumisa a una guerrera empoderada, lista para tomar el control de su destino. Jack Quaid, por su parte, es un villano magnético, encantador en la superficie pero completamente despiadado. Harvey Guillén aporta el toque de humor y carisma, aligerando la tensión en los momentos justos, mientras que Lukas Gage es una revelación, comenzando como un personaje gay encantador para luego transformarse en una máquina de matar al estilo “Terminator”.
Con una combinación de gore, humor negro y una crítica mordaz a las relaciones románticas idealizadas, “Compañera Perfecta” es un cereza para los amantes de la comedia oscura. Una historia de amor… que inevitablemente termina en un baño de sangre.