Las películas biográficas casi siempre toman como punto de partida los aspectos personales y sentimentales del personaje central en cuestión, pero “Un buen día en el vecindario” tiene otra manera de plantear su narrativa cuando nos presenta a Fred Rogers interpretado por Tom Hanks, nominado a la próxima entrega de los Oscar como mejor actor de reparto por este personaje tan importante en la vida de miles de americanos cuya infancia fue marcada por este señor de la televisión que les enseñaba cómo trabajar con sus emociones.
La cinta dirigida por la muy inteligente Marielle Heller, trabaja su guion en el artículo del periodista Tom Junod, “Can you say… hero?” quien entrevistó al señor Rogers para la revista Squire. Entonces, Junod también es protagonista de este filme, de hecho es el central, pero con el nombre ficticio de “Lloyd Vogel”, interpretado por el actor Matthew Rhys.
Es a través de este periodista huraño quien pasa por una crisis emocional derivada de la mala relación que lleva con su padre, que conocemos a Rogers. Desde los ojos de “Vogel” vemos la humanidad de este hombre y de su ejemplo de lo buena persona que es. La película es muy enternecedora, muy positiva y muy divertida, incluso nos hará derramar lágrimas.
Es interesante cómo se puede hablar de un personaje sin la necesidad de que éste tenga que ser el eje central de su propia historia, ahí es donde la magia aparece, puesto que lo que significa para alguien una persona y la descifra según sus intereses, convicciones y empatía, puede ser totalmente diferente para otra que no tenga la misma perspectiva, pero que al final del día pueden llegar a coincidir en la manera en cómo ese personaje fue un motor de cambio en el contexto en el que se desarrolló.
De 1968 a 2001, Fred Rogers impartió palabras sabias y gentiles a millones de niños en el longevo programa «Mister Rogers’ Neighborhood», transmitido por PBS. El Señor Rogers se tomaba el tiempo para escuchar, comprender y conectar con los televidentes, granjeándose así su reputación como adorada fuente de respaldo para millones de estadunidenses, destacan las notas de producción de la película.
“Fred Rogers era una visión adorada por los niños y niñas que le vieron durante ese núcleo temporal en el que necesitaban que alguien les explicara el mundo de una forma tranquila y casi silente, porque sus propios padres estaban siempre demasiado ocupados como para poder aclararles semejantes cosas”, dice Tom Hanks. Fred era famoso por su capacidad para dar la vuelta a sus entrevistadores.
Hanks hace un magnifico personaje, lleno de empatía y dulzura, es imposible no quererlo y generar un vínculo de empatía con él, pero también con el personaje que hace Rhys. Y es que “Lloyd” termina siendo desarmado por el propio Rogers, lo hace darse cuenta del camino que está por tomar si es que no se reconcilia a tiempo con su padre, que para bien o para mal lo forjó en la figura que hoy representa. Van a pasar un rato muy lindo en el cine.