La clausura de Intermoda 67 cerró de la mejor manera con la colección inédita Otoño/Invierno llamada “Lempicka” del diseñador jalisciense, Abel López, quien se inspiró de la técnica Art Deco de la artista Tamara de Lempicka, para darle su propia perspectiva a piezas híper femeninas y sofisticas en un halo minimalista. La belleza del patronaje es una de las características más especiales de esta colección.
Hay que resaltar que de los tres diseñadores que estuvieron durante los días de la plataforma más importante de moda de Occidente –Intermoda–, Abel fue el único que preparó una colección nueva para la ocasión, Ricardo Seco e Isabelle Springmühl ya habían llevado sus propuestas a otras partes del mundo, y con justa razón, una habla del nacionalismo y la otra de la inclusión, pero la de Abel simplemente fue gloriosa.
López, es un creativo que entiende a la perfección la estética femenina, su sello es la pulcritud y las estructuras tan definidas que simplemente hacen apología de la belleza. Usó los tonos básicos del negro y el blanco en una sinergia con el vino en calcetas del mismo material que las zapatillas, pero el rosa y el verde musgo también jugaron un papel importante, claro, sin dejar de lado el Art Deco que en los años 20 marcó una influencia en la decoración arquitectónica, el diseño industrial y el diseño de interiores.
Su musa, Tamara de Lempicka, cautivo a Abel por la forma en que la pintora abordó el cubismo en la estética de su obra. Y la influencia masculina y andrógina fueron el tema para generar su colección. Según se destaca en un comunicado de prensa, esta colección está documentada en la alta sastrería de los años 20 y es un concepto totalmente andrógino porque habla de un aspecto masculino aterrizado hacia una mujer contemporánea.
Las siluetas trabajadas fueron reloj de arena, triángulos invertidos, rectángulos y ovoide para darle un acento creativo con líneas rígidas que representan sensualidad, además, no podía faltar la clásica silueta “lady like” sello de la marca. En cuanto a las texturas se apreció el satín, el raso, las tafetas, algodones, neoprenos y jacquard.
Hay vestidos en cortes tulipán en la parte baja, mangas acampanadas y las de tipo jamón. Prendas con transparencias, muy sensuales, con mucho volumen y movimiento, algunas abullonadas propias de esa época, complementadas a su vez con accesorios como las legging-boots o unas sandalias con rosetones en los tacones, –que son las que precisamente nos enamoraron en demasía–.
Abel López nació en Degollado Jalisco, desde pequeño mostró interés por la moda, inspirado por su madre, quien tenía un pequeño atelier para confeccionar prendas para la familia. Estudió en el Instituto Bibriesca en la Ciudad de Guadalajara. Como estudiante ganó el premio International Fashion View, trabajo en la marca de ropa infantil Baby Love, posteriormente ya en Guadalajara, conoció al dueño de la marca mexicana Andre Badi, quien al ver el talento de López, lo contrató como coordinador de moda.
Ha vestido a personalidades como Karla Souza, Aislinn Derbez, Gloria Calzada, Alejandra Guzmán, La chef Mónica Patillo, Eugenia Debayle, Jaydy Michel, Leticia Sahagún y Angelique Boyer, entre otras. Y ha participado en importantes eventos entre los que destacan: Fashion Week México, Fashion Week de Austin, Intermoda y Minerva Fashion entre otros. Actualmente sus diseños están presentes en HojaSanta Boutique en San Miguel de Allende, UGGA Concept Store en Guadalajara y en la tienda en línea internacional Shoptiques.
