La película “The Father” del director Florian Zeller, la cual está nominada a seis premios de La Academia, incluyendo, mejor película, actor, actriz de reparto, guion adaptado, edición y diseño de producción, es una joya fílmica en toda la extensión de lo que esto significa.
La trama aborda la vida de “Anthony” (Anthony Hopkins), un hombre de edad avanzada cuya mente comienza a fallarle; su noción sobre la realidad comienza a distorsionarse. ¿Qué es verdad? y ¿qué es mentira? “Anthony” se encuentra ofuscado, y con él, nosotros como espectadores vivimos la desesperación y el desconcierto por el que atraviesa.
Vamos viviendo con él las emociones encontradas que le genera no saber diferenciar la realidad de la confusión, incluso la película llega a tener tintes de thriller psicológico, dándole una textura distinta a un drama que va de la contención al llanto más genuino. Y es que la película nos hace cuestionarnos sobre la vejez, la soledad y la incertidumbre.
Este es un drama para empatizar y vivir de cerca el contraste de emociones por el que atraviesa alguien que está dejando de ser quien solía ser. A través de las escenas nos percatamos que no estamos tan alejando de desarrollarnos en un contexto como el que vive el protagonista.
Olivia Colman nos deja claro una vez más lo grande que es como actriz, a través de su personaje “Anne” vemos la contraparte de la historia, una mujer que ve cómo la salud mental de su padre se va deteriorando y cómo este hecho le afecta a ella en lo particular, por ejemplo, con su pareja. Sin duda, ella y Anthony Hopkins entregan grandes duelos histriónicos durante el filme.
Por ahí dicen que los padres se convierten en nuestros hijos y parece ser verdad, “Anne” ama y respeta a su padre, pero también está en la disyuntiva de vivir su vida o quedarse al pendiente y minuto a minuto de la salud de él. Nadie podría juzgar sus decisiones hasta vivir la situación por la que ella atraviesa, porque hay una línea delgada entre lo justo y lo injusto.
La película tiene una narrativa interesante que se inspira del teatro, esto le da una profundidad importante haciéndonos espectadores y partícipes del desasosiego del protagonista, la edición en ese sentido juega un papel medular para darnos también ese halo de desconcierto sobre lo que puede ser real, o producto de la mente volátil de “Anthony”.
Sin duda, una excelente película, porque su atmosfera fría entre colores crudos y azules, nos transmite esa sensación de nostalgia y de melancolía, provocando una estela fría y contenida sobre lo irremediables que suelen ser la soledad.
