Una figura musical como la de Selena es insuperable. Sus canciones se quedaron en nuestra memoria y aunque pasen los años, suenan tan actuales y frescas que pareciera que la originaria de Texas, nunca murió y sigue presente en nuestras vidas.
Hace unas semanas Netflix estrenó la segunda y última parte de “Selena: La serie”, y el final aunque todos los sabemos, me dejó conmovido por la manera en la que fue representado. Sin duda, un muy bonito homenaje por parte de la producción y por supuesto, de la protagonista –Christian Serratos–.
En la segunda parte de “Selena: La serie”, vemos como Selena Quintanilla se enfrenta a su familia para defender el amor que siente por Chris Pérez (Jesse Posey). La cantante no tendrá más remedio que casarse a escondidas y es la mejor decisión que toma, así demuestra que ha dejado de ser la niña de casa, y que es una mujer que es libre de elegir lo que mejor le conviene.
También en este corte final se dibuja el personaje de Yolanda Saldívar. Mientras Selena lidia con varios problemas, justamente porque su carrera va en ascenso y no tiene tiempo de ocuparse con otras cuestiones, como la organización de su boutique, Yolanda se convertirá en alguien imprescindible para ella.
Natasha Pérez, la actriz que interpreta a Yolanda, retrata a una mujer que en apariencia es apacible y servicial, pero que detrás de esa careta se refugia una mujer obsesiva y mitómana. Habría que ver qué opina la propia Yolanda de esta aproximación que se hace de su persona, a veces un tanto melodramatizada, como villana de telenovela del horario de las 20:00 horas.
Recordando el asesinato de Selena en la serie, llegaron a mi mente todas las teorías acerca de su muerte, por ejemplo que Yolanda y ella tenían un amorío, con esto reafirmo que seguimos siendo muy prejuicios con respecto a las vidas de otros, inventándonos historias que mejor nos acomoden para aliviar nuestro ego y nuestra doble moral.
En la trama vemos también cómo Selena comienza a cristalizar su sueño del crossover, cantar en inglés, incursionando en el mercado anglosajón, pero sin Los Dinos, situación que la pone en conflicto pues siente que está siendo desleal con su familia. Al mismo tiempo tiene que encontrar un equilibrio en su matrimonio pues Chris también quiere el apoyo de su esposa.
En este momento de su vida, Selena tiene que estar lidiando con la opinión sobreprotectora de los hombres que están a su alrededor porque no la creen capaz de desarrollarse en el mundo de los negocios, sin embargo, ella demuestra que puede con eso y más.
La serie ofrece momentos divertidos como la aparición de Verónica Castro interpretada por Marcela Guirado, y el encuentro entre Beyoncé y Selena en un mall, anécdota que la propia intérprete de “Crazy in love” contó en alguna entrevista, sin embargo, el ritmo de la historia a veces se vuelve aletargado, pero como ya lo decía en un inicio, se refrenda una vez más que el legado de Selena está más vigente que nunca.