La Ciudad de México es la gran protagonista de la comedia mexicana, “Chilangolandia”, ópera prima de Carlos Santos que llega este jueves 16 de septiembre a las salas de cine de la República Mexicana. El cineasta promete que la historia no solo hará reír al público, también le generará otro tipo de emociones y experiencias, por lo que los prejuicios no tienen cabida si antes no se ha visto la cinta.
Desarrollar la película, para él fue una experiencia de vida, así nos lo cuenta en entrevista. “Cuando hay una pasión, las decisiones no son racionales ni económicas. Es decir, un pintor no se cuestiona si será negocio pintar, o no”, al igual que un futbolista, “simplemente lo hacen porque bajo esa actividad su vida tiene sentido y esto no es ajeno a los que nos dedicamos a hacer cine”, dice Carlos, pues no se trata de saber si es la mejor manera de ganar dinero, o es la apuesta más segura.
“Simplemente es porque hacer esto que nos apasiona, hace que nos encontremos y nos entendamos. Y para mí es así, tenía que hacer esta película porque no le estaba haciendo justicia a mi identidad. Tenía 33 años cuando la comencé a hacer, y sentía que se me estaba yendo la vida sin (poner en marcha) lo que yo venía a hacer en este mundo. Entonces, bajo ese contexto, así te avientas a hacer una película, contra toda adversidad, porque para ti es una cuestión existencial, no es económica, ni estrategia de negocio. Más vale fracasar en el proceso y regarla, que ser ese personaje que dice: ‘qué hubiera sido de mí si lo hubiera intentado”.
En la trama participan actores consagrados del cine como Silverio Palacios y Luis Felipe Tovar, así como estrellas del internet como “La Fatshionista”, pero también figuras muy queridas de la televisión, como Liliana Arriaga, “La Chupitos”, quien tiene su debut cinematográfico, pero alejada de su personaje insignia, para la comediante ha sido todo un reto salir de su zona de confort.
Carlos se siente agradecido de que elenco coral que compone su cinta, haya aceptado ser parte de su sueño de vida, personajes de cine y la televisión que aceptaron ser parte porque también la experiencia que él tiene detrás, lo avala, haciendo aliados durante el trayecto, entre equipo de producción y talento que tiene el mismo interés en común.
“Para cautivar a los actores es a través del guion. Un actor siempre va a responder positivo a un guion que lo atrape, si no le llama la atención, por más de que se lo intentes vender o cautivar, no va a responder. Y aquí tuvimos la fortuna de que el guion conectó con el talento, pues se divertían leyendo el guion y así los hicimos cómplices de la película”.
“Chilangolandia” hila varias historias, como la de un taxista (Silverio Palacios) que está convencido de que su vida cambiará cuando su sobrino se convierta en la próxima estrella de futbol. También está la historia de una mujer (Liliana Arriaga) que busca desesperadamente mejorar su situación económica en compañía de su marido mandilón (Aarón Aguilar).
La cinta habla y representa la identidad de los habitantes de la Ciudad de México, pero, ¿cómo lograr que la trama también logre la empatía con el público del resto de la República, inclusive con los extranjeros?
“Creo que no me lo cuestioné tanto al momento de hacer (la película), y ahora que me lo preguntan, sí creo que todo está en el tema de la comedia. Si tu guion logra sacar una carcajada o una sonrisa, es que en él conlleva cierta verdad o revelación social que hace que genere empatía. Entonces, a pesar de que la película se llama ‘Chilangolandia’, creo que el humor y los retratos son de nuestra mexicanidad, no solo de nuestra chilanguez”. Además resalta que no hay como un mexicano para reírse de sí mismo.
“Y también un extranjero valora estos aspectos del mexicano y el latino. Somos una cultura muy cálida, llena de ternura y emociones, que es lo que siempre ha cautivado a los europeos, americanos o asiáticos, quienes siempre han volteado a ver a México como un país vivo, rico, cálido y tierno, por eso creo que logra(rán) conectar con el concepto de la película, porque estamos reflejando aquellas cualidades con las que nos sentimos orgullosos y nos dan sentido”.
Sobre cómo se prepara Carlos para lidiar con las críticas, derivado del humor que maneja la cinta y que las cintas mexicanas en general suelen tener una mala fama aún y cuando los espectadores no se dan el tiempo de verlas y hacer una reflexión a conciencia, confiesa que hay varias aristas a comentar.
“Por un lado el tráiler de una película no te deja exponer todo el contenido de ésta, y es difícil juzgar a un libro por su portada. Y también hay un resentimiento porque hay un dolor, porque muchas veces el público le da la oportunidad a una película mexicana y salen decepcionados, a veces ese es el precio del estímulo (fiscal), que acaban existiendo cintas que no deberían de existir y acaban estando en una sala de cine porque tenían ya el apoyo del gobierno. Y bueno, ‘Chilangolandia’ tiene la labor de volver a recuperar esa confianza porque seguirán habiendo películas malas, pero las buenas harán su lucha”, para demostrar que sí cumplen y que habrá una satisfacción garantizada.
Finalmente, recuerda Carlos que hay también un placer para ciertos usuarios de meterse a las redes sociales y criticar un producto por el simple hecho de tener una cuenta. Y aunque pueden llegar a ser más los comentarios positivos, los negativos suelen pesar más porque generan controversia. El director promete que el público recibirá muy bien la cinta, “que desde su concepción es un producto diferente y que al final logrará la satisfacción de ir al cine, que es lo más importante”.
