La serie de la que todo el mundo habla en este momento es “El juego del Calamar”, un proyecto de Corea del Sur de nueve capítulos que se envuelve en un halo de suspenso, humor negro, adrenalina y crimen. La trama pone a prueba nuestros intereses, ¿qué seríamos capaces de hacer por sobrevivir en un mundo que nos golpea y nos agobia a causa de nuestras decisiones erróneas?
Un total de 456 personas participan en un evento clandestino para desarrollar seis juegos infantiles tradicionales coreanos, como “Luz verde, luz roja”. Está en juego una suma millonaria que los librará de los graves problemas en los que se encuentran, sin embargo, solo una persona se llevará el gran premio, pero perder es letal, por ello hay que hacer alianzas y estrategias.
La serie maneja una estética muy interesante donde se conjuga una estela infantilizada con el terror, a través de escenarios cálidos que en realidad son artificiales y una paleta de colores empalagosa que al mismo tiempo resulta ser muy escalofriante. El contraste de tonos entre el verde de los concursantes y el fucsia de los guardias, le da mucha vivacidad a la narrativa.
Capítulos a capítulo podemos ver como la naturaleza humana se va transformando de acuerdo a las condiciones que se le presentan para lograr la supervivencia. La serie tiene esa magia de conmovernos, confrontarnos y burlarnos de nuestra propia mezquindad. “El juego del Calamar” hace una crítica al poder, a la egolatría y al cinismo.
Una tapatía en la serie
La actriz y modelo tapatía, Carla Fernanda Avila, participa en el episodio siete de la serie llamado “Los VIP”. Comparte que llegó al proyecto por casting, se quedó en la segunda vuelta. Ella aparece como escultura humana bajo la técnica del body painting simulando la piel de un felino. Su participación aunque es corta, se ha vuelto viral y todos los medios de comunicación la están entrevistando porque la serie obviamente es un fenómeno.
A Carla desde que era niña le llamó mucho la atención el continente asiático como tal, “me gusta el cine de Bollywood, me gusta el anime, tengo varios amigos chinos, la cultura coreana ya la conocía, como su música, aunque yo no sabía que era k-pop, solo me gustaba el ritmo y los videos, soy un poco ‘old school’, los nuevos grupos apenas si los ubico, pero siempre me ha gustado mucho Asia”.
Si en Corea del Sur la serie es un fenómeno, en México los memes están a la orden del día. “Me da risa que la serie apenas sale y el mexicano ya sacó 50 mil memes y está haciendo 20 mil chistes… el ingenio mexicano jamás me deja de sorprender”.
