San Miguel de Allende, Guanajuato, es una joya colonial, no podemos describirlo de otra manera. Salimos desde Querétaro y 40 minutos después ya estábamos en nuestro destino. Lo pudimos notar al comenzar a ver todas esas calles coloridas y empedradas a nuestro alrededor.
La ciudad es una de las más turísticas del país y cómo no, si su ambiente te invita a quedarte a relajarte y admirar los hermosos paisajes que te ofrece. En 2008 fue reconocida por la UNESCO, junto al Santuario de Jesús de Atotonilco, como Patrimonio de la Humanidad.
Mientras comenzamos a caminar por las angostas callezuelas, pudimos darnos cuenta de la cantidad de galerías de arte y lugares para degustar vino. Su mercado de artesanías es impresionante y si avanzas un poco más vas a conocer la primera estructura arquitectónica que nos quitó la respiración: la Parroquia de San Miguel Arcángel.
Este es uno de los puntos donde debes comenzar a caminar. La iglesia es hermosa y con la plaza principal al frente, rodeada de enormes árboles, te invita a quedarte un rato y probar todos los antojos y dulces que venden en el lugar mientras admiras esa belleza. Está construida en cantera rosa y su estructura tiene visos góticos que le dan cierto misterio al lugar. Desgraciadamente estaba cerrada por dentro, pero con el paisaje de fuera bastó para que no nos quisiéramos ir.
Alrededor de la plaza principal puedes encontrar restaurantes, bares o puestos de nieves deliciosas como las de vino tinto que probamos. En la noche llegan los mariachis y grupos de música en vivo que te pondrán hasta a bailar.
Lo increíble de esta parroquia es que, aunque camines por todos los alrededores, lograrás verla por distintos puntos de la ciudad.
Cuando ya nos dio hambre, decidimos dejar de lado los restaurantes caros del lugar y nos metimos al mercado que está un poco más alejado de la plaza principal, aunque valió la pena completamente. Hay muchísima variedad de platillos y a un precio súper accesible. Nosotros decidimos probar unas ricas flautas de carnitas bañadas en salsa verde por sólo $45 pesos. De hecho, casi todo ahí no pasaba de $50 pesos.
Las tortas ahogadas eran con virote, el pan original de Guadalajara a $40 pesos y los tacos de carnitas, de $20 pesos nos encantaron.
Las atracciones cerca son bastantes:
Museos: El Museo del Juguete es perfecto si vas con niños, aunque como adulto también es una buena opción. Los horarios de martes a sábado son de 10 de la mañana a 6 de la tarde y los domingos de 11 de la mañana a 4 de la tarde. La entrada general es de $50 pesos, aunque para niños, personas de la tercera edad, estudiantes y maestros (con credencial) es de $35 pesos.
La casa de la familia del hijo más famoso y homónimo de San Miguel, Ignacio Allende, un héroe de la guerra de Independencia de México, es actualmente el Museo Casa Allende. Puedes acceder de martes a domingo de 9 de la mañana a 5 de la tarde con un costo de $35 pesos, de igual manera para niños, personas de la tercera edad, estudiantes y maestros, la entrada no tiene costo alguno.
También existe el Jardín Botánico El charco del Ingenio. Este fue consagrado como Zona de Paz por el Dalai Lama durante su visita a México. La reserva natural es extensa, tiene santuario de aves y mariposas, un jardín de Cactus y puedes disfrutar también del Temazcal El Charco.
En fin, San Miguel tiene demasiadas actividades, aunque con el simple hecho de estar ahí quedarás más que complacido con el recorrido a pie.
En unos días nos vamos a San Luis Potosí a un voluntariado en Xilitla, así que la próxima colaboración les hablaremos de todo lo maravilloso de ese lugar. ¡Felices Rutas!