Libros del Marqués ha publicado el reciente libro de poesía de Diego Gómez Pickering, titulado “P”, un viaje en el que el autor nos cuenta cómo ha concebido esta obra, la cual nace de su necesidad de regresar a la escritura en verso a propósito de la realidad imperante que se vive y de la que es testigo.
“Siento que llevamos algunos años de mucha convulsión en México y en el mundo. Creo que es un momento de transición hacia un mundo diferente, no sabría decir en qué consistirá ese mundo que nacerá de este periodo de transformación, pero sin duda será algo distintos. Y en este tiempo de aguas revueltas, para mí la prosa ha llegado a ahogarme un poco, a saciarme de una manera negativa, a aprisionarme, siento que hasta cierto punto la prosa se ha prostituido y es una rehén de la ideología”.
Destaca que en este escenario donde la poesía para él es primigenia, se ha vuelto un espacio para poder respirar e inhalar un aire puro, exhalando con la pausa necesaria que le permite una claridad de ideas. “La poesía se volvió el espacio al cual regresar y poder explicarme esta realidad que se está configurando constantemente. Y esa es la génesis de ‘P’, abrazar de nuevo al verso como forma de escritura, de pensamiento y de creación”.
“P” es un poemario breve dividido en tres secciones o subtítulos donde cada uno va a un número igual de poemas y que explican el proceso vital de Diego. Estos capítulos son: “Puto”, “Pinche”, “Mundo” que obviamente forma la frase “Puto pinche mundo”.
Expresa el autor que estos son versos que lo reencuentran con la poesía que él descubrió a temprana edad, de hecho cuenta que fue su abuela materna la que le abre la puerta a la escritura en verso, regalándoles varios libros, en particular un compendio de obras de Luis Cernuda, “él es alguien que para mí pone en palabras muy concretas lo que para mí es la experiencia de vida. Hay un poema que se llama ‘Peregrino’ y un extracto de éste es el que abre ‘P’ y el que me permite un poco aterrizar a esta necesidad de regresar a la escritura en verso para responder a este periodo en el que vivimos”.
La letra “P”, Diego la desdobla desde distintos ángulos. “En general es una de las letras del abecedario con la que más relación he tenido, empezando por lo más sencillo y evidente, que es que mi madre se llama Patricia, y la ‘P’ desde ahí me marca, es la ‘P’ del principio, de un punto de partida, de palabra, de párrafo, de poesía, de poema, de predicador quizá. Y una letra que nos muestra las dualidades muchas veces contrapuestas. Con la ‘P ’ comienzan los polos opuestos, pero que se unen en las personas, lo puro y lo podrido, el pecado y la pureza… es decir, esta contraposición de conceptos, que desde mi punto de vista es fundamental para explicar la experiencia humana”.
Refrenda Diego que la poesía hoy brinda la oportunidad de entender y entendernos de una manera diferente, sencilla y más próxima que la prosa. “La poesía libera, te da un espacio para respirar. Y este libro está pensado como un mapa, es una geografía… una hoja de ruta; empieza con la extracción del poema ‘Peregrino’ y después viene el primero de los poemas, uno que no está encajado en ninguno de los tres subtítulos (o capítulos) y se titula ‘Putos pinches puntos’, el cual es una alegoría del signo de puntuación de los tres puntos (…), con el cual todos de alguna u otra manera tenemos una relación extraña y que nos abre la puerta a la estructura del libro, es decir, los subgrupos en los que se dividen los versos, y cada uno de estos subtítulos responde a mi experiencia vital de este mundo convulso”.
