El pasado 14 de septiembre se estrenó en Netflix la serie biográfica autorizada de Vicente Fernández, protagonizada por Jaime Camil como “El Charro de Huentitán” y Marcela Guirado como su fiel esposa Cuquita Abarca. Sin embargo en “El Rey, Vicente Fernández”, serie de 36 capítulos, se cuenta toda la vida del cantante vernáculo de Jalisco y son los actores Sebastián Dante y Regina Pavón, quienes encarnan a la pareja en su etapa juvenil.
Al respecto, conversamos precisamente con ellos sobre los retos de meterse en la piel de dos figuras tan queridas por el pueblo mexicano y a nivel internacional, por supuesto.
“Estamos muy contentos. Estoy agradecida con la vida, el equipo y los productores porque esto haya sucedido, porque Vicente haya contado su historia y porque los guionistas la han contado de esta manera tan magistral regresando de una época a otra. Creo que tenemos un proyecto muy redondo desde que llegó a nuestras manos. El éxito del proyecto ha sido el amor, la dedicación, el trabajo y las horas de sueño que no le dimos a nuestra almohada para poder traer eso y se siente muy bonito que la gente lo esté recibiendo tan bien”, cuenta Regina.
Para Sebastián también ha sido una gran aventura contar esta historia. “Es una narrativa un poco salteada, va migrando de Vicente joven a Vicente niño, luego a Vicente adolescente y adulto. Eso fue un reto porque están viendo a más de un Vicente al mismo tiempo en pantalla. Eso generó un reto muy importante en la construcción de este personaje, porque al final no era solo una cara de él, sino cuatro con actores distintos. Y un poco el trabajo fue construir en equipo (los cuatro intérpretes) al mismo Vicente… fue muy divertido”.
Recuerda Sebastián por ejemplo, que Kaled Acab, el actor que interpretó a Vicente de niño tenía que correr en una escena del primer capítulo, y él y los otros dos actores, Jaime Camil y su tocayo Sebastián García, también tenían que replicar la carrera. “Entonces, no solo estábamos reconociendo la experiencia de Vicente en ese momento específico a nivel intelectual, estábamos viviendo a nivel corporal esa sensación de correr, eso para mí fue parte del trabajo importante de construir a Vicente, poder conectar y aprender tanto de él como de mis compañeros”.
En ese sentido, Regina también reconoce la labor de toda la producción para poder recrear distintas décadas, “son cuatro épocas diferentes y construir el universo de los años 40, 50, 60 y 70 de una manera tan cuidada desde el maquillaje, el vestuario y el diseño de producción, hizo que la gente pudiera entrar a esta convención y poder ir y venir de una época a otra, además de poder representar la cultura mexicana en estos años. Yo nunca había hecho un proyecto de época y tenía mucha ilusión de hacerlo y fue uno de los sueños que cumplí”.