El cine de autor y el cine comercial tienen parámetros muy particulares. A veces uno puede jugar dentro del otro y los resultados pueden ser variopintos. Y ahora que está tan en boga hablar de multiversos, inteligencia artificial y escenarios distópicos, hay contenido muy interesante que vale la pena analizar y disfrutar, como es el caso de la película “Todo en todas partes al mismo tiempo” de los directores Dan Kwan y Daniel Scheinert.
La cinta aborda cuestionamientos existenciales que todos nos hacemos a lo largo de nuestra vida, preguntas que tienen que ver con nuestra felicidad, nuestra insatisfacción, con el hecho de vivir en automático para no ser consumidos por la vorágine. Y eso le sucede a “Evelyn” (Michelle Yeoh), la protagonista de esta historia, una mujer que, como el resto de su familia, hacen lo que tienen que hacer para sobrevivir a costa de su infelicidad.
Pero, ¿Qué pasa si hay más versiones de nosotros mismos en otras dimensiones donde tal vez hagamos lo que nos importa y nos interesa? Pero, ¿lo que nos importa y nos interesa nos hace realmente felices? Justamente esas preguntas plantea esta cinta.
La relación del bien y el mal, por llamarlo de alguna manera, en este filme se plantea a través de “Evelyn” y su hija (Stephanie Hsu), dos fuerzas que convergen y que aunque se repelen, necesitan la una de la otra para coexistir. “Todo en todas partes al mismo tiempo” es reflexiva, emocional, divertida, llena de acción y sobre todo, confrontativa. Está disponible en renta en Google Play y Prime Video.