Si bien el reggaetón está en las listas de popularidad y es un género que ahora está de moda por su ritmo pegadizo que nos pone a bailar, y son los hombres los que están presentes con este estilo musical (Maluma, J Balvin, Bad Bunny, CNCO), paradójicamente del otro lado de la moneda son las mujeres las que están ofreciendo sonidos experimentales, vanguardistas y distintos (Natalia Lafourcade, Mon Laferte, Carla Morrison y Ximena Sariñana). Y aunque esto no es un tema de género, sí es un fenómeno curioso que llama la atención y que enriquece el espectro musical.
En ese sentido, es importante cuestionar a los consagrados cómo es que perciben a las nuevas generaciones. Tania Libertad es una de las cantantes de América Latina que más se ha fusionado con los géneros, pasando del bolero, a la música antillana, africana, las rancheras, el bossa nova y hasta el pop. Es una mujer que sabe de lo que habla y que justamente ahora está estudiando producción musical, metiéndose a crear al estudio de grabación que ha hecho para ella misma y que ha decorado con un aire vintage, como los estudios antiguos que conoció.
“A mí me encanta que haya surgido esta generación, desde Julieta Venegas, Natalia Lafourcade, Ximena Sariñana, Carla Morrison y Mon Laferte, que estén ofreciendo otro tipo de posibilidades dentro de la música, otro tipo de fusiones, para que la gente joven tenga de donde escoger. Estoy muy contenta de estar presente y seguir de cerca las carreras de ellas, son gente que están haciendo mucho más que nosotras, ellas estudian música, tocan instrumentos y hacen sus arreglos”.
“Yo a estas alturas –de 15 o 16 años para acá– estoy haciendo mis arreglos, pero yo no toco ningún instrumento, no sé leer y escribir música, lo mío es todo intuitivo y lo voy dictando, pero me parece muy interesante lo que ellas hacen y las felicito de verdad, porque ellas podrían estar cantando reggaetón y no, están haciendo su propio proyecto y me parece que es muy loable”.
– ¿Cómo se visualizaba usted al llegar a este momento de su vida musical?
–Yo no pensaba ni siquiera llegar a esta edad (risas), pensaba que me iba a morir antes. Pero es muy bonito saber que a pesar de los años, la gente ha seguido muy de cerca nuestra carrera, que sigue emocionándose, que nos siguen aplaudiendo y siguen yendo a nuestros conciertos. Yo tengo ya 55 años de carrera. Empecé muy chiquita, tampoco piensen que tengo la edad de Matusalén, pero es muy bonito que el público no nos haya abandonado a pesar de toda la oferta que hay en la música. Yo soy un ser privilegiado, me halaga mucho eso, que sigan comprando boletos para irme a ver a un teatro, o que sigan comprando mis discos, eso no es tan fácil de lograrlo, ahora hay demasiados artistas, cada día surgen 80 nuevos. Entonces, la gente de mi generación en lugar de replegarnos, vamos hacia al frente a ofertar cosas distintas.
–Pero no cualquiera logra públicos generacionales, usted sí…
–He tenido la suerte de que muchos de los padres de los jóvenes que me van a ver, los han educado con mi música, primero los arrullan con ella y después les hacen oír todos mis discos. Entonces, hay gente muy joven que conoce toda mi trayectoria y que me sigue.
–Usted es una mujer con una voz muy importante para las causas sociales. Y estas nuevas intérpretes y ustedes las cantantes consagradas, son el ejemplo para empoderar a otras mujeres a través de lo que están haciendo, ¿eso a usted le genera una responsabilidad aún mayor que la propia música?
–Es muy importante que estas mujeres vean en nosotras que sí se puede. Porque yo provengo de una familia pobrísima, yo nunca imaginé que iba a acabar viviendo aquí en México. Provengo de un barrio marginal en la costa norte del Perú, mis hermanos fueron obreros a los 13 años de edad, mis padres trabajaban para podernos mantener. Entonces, yo entendí desde muy pequeñita que si quería seguir y hacer una buena carrera artística, tendría que esforzarme muchísimo, provengo de la cultura del esfuerzo y ése es el mejor ejemplo que podemos darle a las mujeres, de que no hay que nacer en cuna de oro para que se abran las puertas, tú las tienes que abrir con ganas, con esfuerzo, con talento, con propuesta. Uno practica con el ejemplo.
– ¿Cuál es el concepto que tiene usted sobre el feminismo? ¿Considera que es un término que está tergiversado?
–Digamos que vamos a quitar la palabra feminismo. Hace mucho que no me encuentro una amiga que me diga: ‘Yo soy feminista’. Somos orgullosamente mujeres y nos aceptamos como somos, tenemos todas las capacidades para poder estar presentes en una sociedad, para desarrollar una serie de laborales, esa es la mejor manera de empoderar a la mujer, hacerse presente, colaborar, meterse…
–Cada profesión tiene sus aristas, pero, cómo percibe el desarrollo de las mujeres en la música, desde que usted comenzó hasta este momento donde son ellas las que tienen el dominio creativo ahora…
–Estamos regias, somos unas divinas. El talento se da más allá del género. Nos ha tocado una racha muy bonita para todas las cantantes mujeres, pero también hay un montón de cantantes hombres y grupos que llenan los auditorios de mujeres, porque a las chicas también les gusta ver a los intérpretes hombres, son sus fans y se enamoran de ellos. Pero nosotras damos batalla con talento, con buen gusto, con buena música. Yo no me quejo de nada, nunca sentí que me hicieran a un lado por ser mujer, es algo que tengo que recalcarlo siempre, yo nunca sentí que me marginaran por mi género, para nada. Siempre estaba yo haciendo las antesalas con otros cantantes y nos lo ganábamos porque hacíamos una buena propuesta.
CREANDO SU PROPIA MÚSICA
Tania está promoviendo su disco “José Alfredo y yo”, el tercer homenaje musical que le hace al autor de “El rey”. Sin embargo, adelanta, que ya está lista para crear nuevos sonidos, desde el estudio de grabación que ella misma construyó.
“Yo quería un estudio profesional, prácticamente lo que gano lo invierto en micrófonos, amplificadores, compresores, en consolas, plugins, en todo lo que se necesita para hacer una muy buena grabación. Yo no me ido con la tecnología digital, estoy comprando cosas vintages, yo empecé con esa obsesión de querer llegar al sonido con el que grabé mi primer disco y ese lo grabé a los 9 años de edad, esas consolas eran alemanas, yo ahí la llevo. Mi estudio no parece ni siquiera estudio de grabación, necesitaba hacer un espacio amable, son 45 discos los que he grabado y a mí me aterraban los estudios que eran una cosa cerrada sin ventanas y tenías que crear emociones en ese espacio gris frente a una máquina. Entonces, el estudio que yo tengo es otra cosa, y lo he decorado bien bonito, tiene ventanas hacia el jardín”.
El hijo de Tania es ingeniero de audio, pero ella también está tomando cursos para aprender a manejar pro tools, “a la vejez viruela, lo hubiera hecho antes, pero la verdad, apenas ahora voy a iniciar una nueva etapa en mi vida de experimentar en la música, hacer muchas más fusiones y es por eso que ahora tomo clases para aprender a manejar todas esas cosas que me he comprado”.
- Imagen: Cortesía del Conjunto de Artes Escénicas (CAE). Agradecemos a Martha Gallardo por las facilidades para realizar esta entrevista.