Cuando una película te estruja, te apasiona, te revuelve el estómago y te mantiene cautivo de principio a fin, estamos hablando de una obra maestra. Y eso representa “La Sustancia”, cinta dirigida y desarrollada por la directora francesa Coralie Fargeat, quien es una genio.
La creativa ofrece una de las mejores películas de la década que ojalá esté en la temporada de premios. Su impecable estética en cada toma, ambientación, vestuario y diseño escenográfico son increíbles. Prevale la pulcritud, el hedonismo y la sensualidad en un match espectacular con el terror, el thriller y hasta la ciencia ficción, es igualmente bella la cinta que escatológica, en un segundo te sientes seducido y en otro momento las náuseas se hacen presente.
Puedo ver que hay referentes interesantes en esta cinta como “La muerte le sienta bien” y “Carrie”, entre otras, donde la propia historia encuentra su cauce para ofrecer una crítica poderosa sobre los exigentes estándares de belleza a los que se someten las mujeres. Y que los hombres son quienes siguen poniendo las reglas en la meca del entretenimiento. Esto puede ser un mensaje duro y directo al contexto de las celebridades quienes hacen lo que sea por mantenerse jóvenes y vigentes en un mundo que cada vez es más voraz y que tiende a olvidar en tres segundos a aquellos que lograron conquistar las mieles de la fama.
La directora no es ajena al subgénero del terror corporal, el cual se caracteriza por utilizar al cuerpo humano como fuente de miedo y brutalidad para mantener al espectador al filo de sus emociones, sus anteriores trabajos también tienen este sello como “REALITY+” (2014) y “Venganza del más allá” (2017). Y lo dice muy bien Mubi, la plataforma de streaming detrás de “La Sustancia”: “Fargeat se mantiene dentro de los géneros del terror, thriller y acción con esta película de 140 minutos. Una segunda obra de larga duración que posiciona a la realizadora francesa como una de las jóvenes promesas del miedo, gracias a su habilidad para crear secuencias hiper-sensoriales, inquietantes y perturbadoras”.
Demi Moore es sobresaliente en su actuación, tiene que ganarse un Oscar. Ella interpreta a una ex estrella fitness que debido a su edad, aunque se conserva gloriosamente perfecta, es despedida para buscar a una sustituta más joven y con el cuerpo hiper tonificado. En pantalla, vemos como su personaje “Elisabeth Sparkle” atraviesa por un proceso desestabilizador que la lleva a tener una transformación espeluznante. Decide inyectarse una sustancia que hará una versión mejorada de ella misma, solo que su otro yo al sentir la vitalidad, la fama, el aprecio y el interés de todos, tomará una decisión que cambiará la vida de las dos. Demi se entrega por completo a su papel y lo va deshilvanando en condiciones cada vez más monstruosas, resaltando su capacidad histriónica.
Sin embargo, no es la única que luce, su alter ego en este filme, Margaret Qualley, “Sue”, es encantadoramente una amazona, es ambiciosa y perversa, pero al mismo tiempo dulce y fresca. Ambas se enfrentan a un duelo actoral digno de un Oscar. El trío lo complementa Dennis Quaid como “Harvey”, un hombre que representa la visión masculina tóxica, misógina, machista e indolente desde un humor sarcástico y repulsivo. “La Sustancia” es una joya de la filmografía contemporánea que será un referente para el cine de culto y la cultura pop.
SINOPSIS
La cinta presenta a Demi Moore como “Elisabeth Sparkle”, una ex estrella pasada de moda y repentinamente despedida de su programa de fitness en televisión por el repulsivo jefe del estudio “Harvey” (Dennis Quaid). Así, se ve atraída por la oportunidad que trae un nuevo componente misterioso: “La Sustancia”. Todo lo que se necesita es una inyección y ella renacerá – temporalmente – como la hermosa veinteañera “Sue” (Margaret Qualley). ¿La única regla? El tiempo debe dividirse: exactamente una semana en un cuerpo, luego una semana en el otro. Sin excepciones. Un equilibrio perfecto. ¿Qué podría salir mal?
