Regularmente cuando vemos películas de temática gay, éstas se exhiben en salas de arte, en festivales o en circuitos cerrados con apenas pocas salas. También generalmente las historias se tornan muy dramáticas, trágicas y complejas, que se agradece, pero ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre.
Claro, muchos chicos y chicas homosexuales deben tener sus anécdotas fuertes, pero también se agradece cuando los grandes estudios de cine se interesan por hacer una película inclusiva como “Yo soy Simón” (Love Simon), que es comercial y que aunque tiene todos los clichés y estereotipos de las chick flicks, suma mucho, porque una cinta con todos estos elementos, hace que más gente la vea y por ende entienda, o al menos le surja la duda y asimile que ser gay en 2018 no tendría por qué seguir siendo un tema polémico.
Ahora que vi “Yo soy Simón” –en domingo– me dio gusto ver que la sala estaba llena, había niños y adolescentes con papás y amigos. Y solo dos señoras se salieron de la función a media película. Muchos suspiraron en una de las escenas más bonitas.
Y eso me da certidumbre de que los cambios en la sociedad mexicana se van generando, claro, poco a poco, pero ahí está. Y es que como antes lo mencioné, la puerta también tiene que abrirse con las marcas, las empresas… los que tienen el poder mediático de difundir información, en este caso, que quienes son homosexuales, es lo más natural del mundo, como ser de raza negra, ser chaparro, gordo, mexicano o flaco.
La cinta para mi gusto tiene un inicio algo lento, lo que cuesta conectar al principio con el personaje principal –Simón– (Nick Robinson) y su grupo de amigos (Katherine Langford, Alexandra Shipp, Jorge Lendeborg Jr., Logan Miller y Keiynan Lonsdale), pero ya para el segundo acto, se toma bien el hilo y a todos los personajes se les toma cariño y empatía, los adolescentes se podrán identificar con más de alguno.
“Simón” es un chico que tiene una familia linda, estable y comprensiva, tiene un grupo de amigos que lo quieren y lo valoran, pero guarda un secreto, es gay, y no sabe cómo decirlo, está en un proceso de aceptación y de encontrarse a sí mismo de la mano de “Blue”, un amigo virtual que se encuentra en la mismas circunstancias que él y que vía correo electrónico van contándose cómo van asimilando quiénes son ante el mundo, pero alguien se da cuenta de esta comunicación y “Simón” tendrá que enfrentar su verdad, más porque se ha enamorado de “Blue”.
Nick Robinson ensalza muy bien la esencia de “Simón”, le da ingenuidad y una especial añoranza por descubrir el mundo. Me hubiera gustado ver más los roles de Jennifer Garner y Josh Duhamel como los padres de “Simón”, son dos buenos actores que merecían más cámara.
Me late que la cinta aunque tiene un personaje gay y se trata de auto aceptarse, no sea un filme de temática gay, me explico, que esté construida la historia de una forma universal de manera que cualquiera se pueda identificar con el héroe de la trama, finalmente todos fuimos adolescentes, y hay quienes lo son ahora y están en la búsqueda de encontrarse a sí mismos en cualquier circunstancia.
- Imagen de 20th Century Fox