Las cosas no llegan solas en el camino del periodismo y desde su instinto y pasión, Gabriela Acosta ha tratado de dar un vuelco distinto a lo que implica ser reportero de espectáculos.
Su trayectoria se ha nutrido de tragos muy dulces y sinsabores personales que la han fortalecido para estructurar su propia dinámica de trabajo, conseguir información que pone en desventaja a otros colegas y también ser ejemplo de que pese al cansancio y las horas de trabajo la nota siempre tiene que estar lista.
He de confesar que cuando conocí a Gaby me dio un poco de miedo, no porque siempre vista de negro y traiga consigo 30 mil talismanes entre pulseras, anillos, collares y hasta el molcajete, sino por su temperamento para defender sus entrevistas y esos datos que por nada del mundo está dispuesta a compartir. Gabriela siempre ha sabido cómo ingeniárselas para saber cómo, cuándo y a quién preguntar.
Gabriela es egresada del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) y aunque pudiéramos pensar que inició su carrera en las arcas del periodismo entrevistando a las grandes estrellas, sus inicios se remontan a la producción y escribir para niños. La vida y su gusto por este trabajo la llevaron a entrevistar a Joaquín Sabina como prueba de fuego, para dejarse en claro que ella estaba destinada para esta labor.
“Mientras pueda seguir trabajando en algo impreso seguiré. Me gusta escribir, dar la nota a través de un periódico, estoy enamorada de la escritura. Todavía no se me quitan esas ganas de seguir escribiendo, es lo que sé y me gusta”, comenta Gabriela.
NG: ¿Cómo iniciaste en el periodismo?
GA: No empecé como reportera. En el último año de la escuela se dio la oportunidad de entrar a lo que era el periódico «Público», no me acuerdo del año, pero era en el suplemento «Ocio», que tenía ese nombre después de haber sido «Tentaciones» en «Siglo XXI», ahí entré en la producción consiguiendo fotografías, reporteros y cosas así. Esa parte me ayudó mucho porque conocí lo que va alrededor de una nota como la puesta en página, fueron herramientas que me sirvieron porque después empecé a escribir para niños cubriendo actividades del público infantil, después reseñas de películas y entrevistas, ahí se abrió el camino hacia el periodismo de espectáculos.
NG: ¿Ser reportera era tu ilusión de niña, eso imaginabas?
GA: De niña quería ser cronista de futbol. No soy tan aficionada al futbol, pero era un gusto y admiraba a los grandes conductores de televisión; en mi casa me ponía hacer narraciones de futbol a mi estilo. Entré a Comunicación en el ITESO pensando eso, era mi idea, pero el camino te lleva por otros lados y llegué a los periódicos. En la universidad teníamos un programa en «Radio Mujer», yo era productora y eso también me fue fogueando.
NG: ¿Cómo era el ambiente de los reporteros cuando iniciaste? ¿Era fácil ser parte de la comunidad?
GA: Era muy distinto, hoy cualquiera puede agarrar el celular y hacer una nota tomada de las redes sociales y antes era difícil, tenías que escribir bien, tener buena redacción, saber lo que ocurría a tu alrededor, tener cultura general y creo que eso ahora a muchos les falta y solo se concentran en una sola parte. Era muy difícil entrar, tenías que tener tus herramientas para que te tomaran en cuenta como reportera. Los reporteros eran menos, pero más profesionales, sí te miraban con lupa para que hicieras bien tu chamba. Antes no había redes sociales y tenías que buscar tu nota, rascarle para encontrarla, las notas no caían del cielo.
NG: ¿De tus primeras entrevistas cuál fue la que más te marcó?
GA: Me tocó Joaquín Sabina, un personaje complicado, difícil, que te impone cuando estás frente a él, un tipo duro y muy inteligente. Un personaje así me implicaba prepararme, él sabía que era mi primera entrevista de este nivel y eso ocasionó que él estuviera relajado y yo no me sintiera tan nerviosa. Él fue mi padrino de alguna manera, él quedó contento y eso me dejó satisfecha.
Al tiempo salí de «Público» y fui a otros medios hasta llegar a «Récord» donde me desarrollé más en espectáculos, entrevistas más grandes, a investigar notas exclusivas como cuando Britney Spears venía a Guadalajara, esa fue nota mía a nivel nacional.
NG: ¿Cómo surgió esa nota?
GA: Después de una rueda de prensa con gente de Ocesa empecé a platicar con una persona y ahí se le salió ese dato. Yo no conocía a esta persona y me acerqué porque me interesaba otro tema y entre pregunta y pregunta salió, es cuando se dice que ‘reportero sin suerte no es reportero’. Tienes que estar con las orejas paradas y el instinto listo.
NG: ¿Qué tipo de periodista querías ser y cómo eres ahora?
GA: Mi idea era no hacer un periodismo de espectáculos de chisme. Pretendo ser una reportera que busca y encuentra cosas que no la mayoría trae. No quería sensacionalismo o un periodismo que vende fácil, pero sí hay que hacerlo atractivo porque eso vende, pero mi interés es apostar por notas de calidad, entrevistas que no te aburran en los primeros dos párrafos. A veces sí hay que irse un poco hacia la tendencia de lo que está pasando, pero tienes que darle pizcas interesantes, nunca ofender o faltar al respeto a quien estás entrevistando.
NG: ¿Los reporteros y artistas –en este caso- pueden ser amigos?
GA: Te puedes llevar bien, pero no hay amistad, al final de cuentas es tú me das y yo te doy, es un negocio, siempre lo he visto así. En el medio tengo a gente muy querida, pero sé poner esa línea porque puedes perder un poco la objetividad. A veces te enteras de cierta información y por esa amistad no publicas. En lo personal no creo que no debas ser amigo del artista.
NG: ¿Cuál ha sido el momento personal más complicado que enfrentaste y estabas trabajando?
GA: No puede estar cuando murió mi papá, me mandaron a «Publimetro Chile» a un intercambio por un mes y a los 15 días de estar allá me avisan que mi papá murió. Estaba en un lugar que no era ni mi país, tenía que estar por chamba y no me pude despedir, fue un momento muy difícil.
NG: ¿Qué peso tiene la información de espectáculos/cultura ante otros temas deportivos o de política?
GA: Muchas veces se cree que los espectáculos no pueden ser notas serias e importantes. Pero hacer tu trabajo de manera profesional también puede ser investigación en este campo. El espectáculo es muy difícil, no tienes al artista a un lado y la nota la tienes que buscar hasta tres meses antes como también los hacen los reporteros de deportes, política o cualquier tema. Debes ser periodista y no atrapa-notas de otros medios, eso te saca de tu zona de confort. Espectáculos es una fuente difícil.
NG: ¿Cómo percibe tu familia o amigos tu trabajo como reportera?
GA: Saben que nunca puedes estar con ellos en algunos momentos por el trabajo, ya ni te invitan y es cierto. También te ven como la que conoces a muchos artistas, te piden que consigas saludos, que los lleves al concierto, pero no es tan fácil. En mi casa me odian porque digo no a todo, no tengo boletos, no te puedo llevar, habrá sus excepciones pero haces balanza para no pedir favores, porque al final te los cobran y es quizá comprometerte con tu fuente y puedes perder credibilidad.
NG: ¿Cómo crees que es el periodismo de espectáculos en Guadalajara?
GA: Desde hace años le he perdido fe a las nuevas generaciones de reporteros porque la mayoría son más fans que gente que busca realmente hacer su trabajo, les preocupa más tomarse la foto al terminar una entrevista o rueda de prensa que el contenido de sus notas. Las redes sociales han provocado que el periodista sea flojo, que se conforme con lo que sacan otros, se roban información que generaron otros, no es con todos, pero ese instinto de observar y buscar la nota se pierde, se van por la nota de tendencias.
NG: Sabemos que eres una colega que no tan fácil te comparte información o contactos ¿Por qué?
GA: Las fuentes y los contactos son muy valiosos, quizá te costaron lágrimas, sacrificios, ganarte el respeto del artista. El que un artista te pase su teléfono es porque sabe que no estarás todo el día buscándolo. En esto debes respetarte como colega, no es que seas sangrona o yo lo sea, simplemente es algo que te costó y el que piensen que yo conozco o sé algo de más me halaga, sé que de alguna manera es darle una carga positiva a tu chamba, pero saben que soy así y me molesta que un reportero sea flojo, sabes la diferencia cuando alguien te pide información porque es algo que realmente le ayudará, pero otros por flojera no investigan.
NG: ¿Qué es lo que no te gusta del periodismo de espectáculos?
GA: Los paparazzi ya no. En «Récord» era algo de todos los días, que si venía tal artista tenías que estar dos días afuera del hotel, eso es es desgaste para un reportero, ahora se me hace innecesario estar 24 horas al día buscando al artista y eso me tocó.
Aprendí mucho a ser paciente y tolerante, te enfrentas a gente de seguridad, pero debes saber cómo seguir la nota y foto. He visto compañeros que han llorado en entrevistas por cómo los trata el artista, he visto muchos malos momentos. Algo que es regla en mí es que si veo a un artista que está de mal humor, no lo entrevisto, tarde o temprano ese enojo recae en el reportero y yo no tolero que me griten, menos cuando estoy trabajando, así sea el artista más grande. Cuando yo tengo problemas personales me desconecto de eso y me enfoco en mi trabajo.
Fotografías: cortesía de Gabriela Acosta.