La primera película animada que produce Netflix es “Klaus” y me ha dejado con el ojo cuadrado, este filme del director Sergio Pablos, tiene todas las características para convertirse en un clásico de Navidad. Es una historia divertida, muy humana y enternecedora.
Si bien la mayoría de las películas que abordan la Navidad se caracterizan por tener como protagonista a Santa Clus y contarnos la clásica historia del Polo Norte, los duendes y los renos, aquí los escritores crean su propia versión del origen de esta tradición cultural y resulta ser más creíble y todavía aún, más humana.
Aquí el protagonista es “Jesper” (Sebastián Yatra), un junior que no quiere trabajar, prefiere vivir a costa de su padre, quien tiene un emporio postal, sí aquí se habla del oficio del cartero, una actividad que con la llegada de la tecnología y las redes sociales, se está extinguiendo poco a poco.
Al ver que su hijo es un bueno para nada, este empresario decide enviarlo a una ciudad inhóspita donde los carteros que han ido, inmediatamente abandonan el puesto. Y es que en el lugar viven los descendientes de dos estirpes que no se llevan nada bien, todo el tiempo están buscando cómo hacerse daño. Así que al llegar “Jesper” a ese poblado, poco a poco se dará cuenta que su misión va más allá de llevar la correspondencia.
En el bosque se encontrará con “Klaus” (Joaquín Cosío), un hombre ermitaño y solitario, pero con una gran ternura, él hace juguetes artesanales, los creó para los hijos que nunca tuvo y pronto “Jesper” se da cuenta que estos pueden incentivar a que los niños del lugar en donde vive, no sean tan malcriados. La maestra del pueblo (Cecilia Suárez) lo pondrá en contexto de la forma de vida de los habitantes.
Esta película aborda la empatía, ponerse en los zapatos del otro, entender que si somos diferentes es porque la diversidad es parte de nuestra humanidad. Habla también de la inocencia de la niñez y de cómo el oficio del cartero, como ya lo dije antes, va más allá de repartir la correspondencia. Y es que “Jesper” encontrará su camino alejado de casa, entenderá quién es y cuál es su misión, cuestionamientos existenciales con los que nos enfrentamos todos. Es una historia muy bella que nos va a llenar el corazón de alegría y vamos a querer ser niños otra vez.
