En Claro Video se puede ver la serie “Promesas de campaña” protagonizada por Rubén Zamora, una sátira que explora los juego de poder de la política mexicana. En este proyecto, participa Juan Carlos Remolina, quien tiene uno de los personajes principales de la trama y en entrevista nos cuenta un poco más acerca de esta aventura televisiva.
“La serie tiene la gran virtud de ver el tema de la política desde el ángulo de la sátira. Entonces, desde ahí ya nosotros podemos percibir a los personajes que pueden ser buenos o malos, o con sus intereses muy particulares, pero siempre a partir de la mirada de la sátira”.
La serie trata de un hombre común, quien es un taxista que de pronto, por una situación extraordinaria se convierte en el héroe. “Este hombre es tan parecido a un candidato que acaba de sufrir un problema médico, que lo encuentran y lo entrenan para ser la cara de él, mientras éste en cuestión se compone. Sucede que el taxista descubre en ese lapso en el que está metido dentro de un partido, todas las tranzas, los tejes y manejes que existen dentro de ese partido para que obtenga el poder”.
El FLAN ese ese partido político conservador, pero de doble moral, como comúnmente pasa. “Dentro de todo este rollo, el personaje que a mí me toca hacer, es el del presidente de este partido conservador. Entonces, es un personaje que ha basado toda su vida y su manera de estar con los demás, en el juego de las apariencias. Entonces, va a aparentar que es el que más sabe, que es el que mejor se viste, que mejor guste tiene y que más idiomas sabe. Y bien a bien no acabaremos de saber del todo si eso es cierto, porque el hombre se dedica a aparentar, ese es su juego, ser un impostor, es un simulador que le hace creer a todos que sabe más que nadie, desacreditando a los demás”, externa Juan Carlos.
Además, su personaje tiene un secretario, este papel lo hace Darío Ripoll. “Entonces, vamos a descubrir los mecanismos de estos poderosos para poderles dar su castigo propio. Vamos a ir viendo el proceso de un personaje que inicia sintiéndose la mamá de los pollitos para que luego vayamos descubriendo poco a poco a través de este taxista, todos los mecanismos y estas movidas de todos estos personajes que están añejados y rancios en el poder”, dice Juan Carlos.
Para el actor fue una aventura divertida retratara este villano, “son gente que ya hemos visto, que ya sabemos que nos mienten, que nos convencen de algún modo, esto pasa en la política de México y en la del mundo, creemos y resulta que todo fue puro cuento”. Señala Juan Carlos que la sátira es un género que puede ser un vínculo que nos permite entrar a una casa de los espejos para entender mejor el trasfondo del poder. “La sátira son todos estos espejos distorsionados que nos permiten ver lo que está en el interior y las intenciones profundas de los personajes”.
Juan Carlos tiene pendientes varios estrenos, por ejemplo, una serie para Claro Video que se llama “La negociadora” con Bárbara Mori que también habla de política, pero con el sello del drama, también está la segunda temporada de “Luis Miguel”, a la cual recuerda Juan Carlos le faltaron cuatro o cinco días de filmación cuando llegó la contingencia sanitaria y finalmente “Qué pasó con Sara” de Netflix que también quedó pendiente de seguirse rodando por el tema del COVID-19, ahí comparte créditos con Claudia Ramírez y Ginés García Millán.
