Los realitys estilo Acapulco Shore gozan de una audiencia que ama ver encuentros polémicos, irreverentes y subidos de tono en pantalla, son formatos que se han posicionado bien al paso de los años, sin embargo, para que logren esa magia, necesitan a veces cruzar esa línea de lo prohibido, cosa que a veces sucede y otras no en el nuevo reality de Netflix: “Jugando con fuego: Latino”.
Esta emisión es una versión de la serie británica del mismo nombre. Aquí, un grupo de solteros candentes con figuras tonificadas deberá abstenerse de todo tipo de actividad sexual durante 40 días y 40 noches. Si tienen éxito podrían llevarse a casa hasta 100 mil dólares, y tal vez, algo más que una conquista.
El elenco está conformado por adonis y afroditas de México, Colombia, Argentina y España. Pero sin duda el alma del programa es Itatí Cantoral, sus narraciones son las que en realidad le ponen todo el “flow” al show, porque la mayoría de los concursantes están muy desangelados, salvo por los argentinos, quienes son en realidad los que le dan candela a la emisión.
Itatí le pone el tono cómico y seductor a los programas, tomando todas las frases y referencias que se dan en las redes sociales, memes y videos virales, el guion para ella está hecho a medida y es en realidad el que le pone jocosidad a la historia que se cuenta, de otro modo, serían capítulos aburridos. Qué joya es La Cantoral.
Los participantes no son conocidos, o al menos yo no los había visto antes, salvo a Dadvian, a quienes conocemos como “Veneno” en el reality de competencia de “La más draga”.
“Jugando con fuego: Latino” es una serie muy enfocada al público heterosexual, sí hay besos y manoseos entre chicas, pero esos encuentros entran en las fantasías de los hombres heterosexuales. No hay una apertura a la diversidad para invitar a otras audiencias a ver el programa. Inclusive, ¿por qué no abarcar el tema del poliamor?
Habría sido interesante si en la versión latina de “Jugando con fuego” entrarán todo tipo de personajes. Si se está hablando abiertamente de sexo y conexiones humanas, ¿por qué no abrir la puerta a bisexuales, homosexuales y demás orientaciones sexuales? Son tiempos distintos, y si bien la edición del show es fresca y dinámica, ofrece un contexto superficial sobre cómo ahora se vive el juego del sexo.