¿Hace cuánto que no éramos testigos de un fenómeno global en la televisión? Creo que la última vez que sucedió esto fue por allá del 2019 con “Juego de tronos”. Pues bien, las pasiones ardientes acaban de vivirse con el desenlace de “La casa de papel”, historia española que por cinco años nos cimbró las emociones.
El pasado 3 de diciembre se estrenaron los últimos cinco episodios, los más emocionales sí, pero no hay nada que supere los decesos de “Tokio” y “Nairobi”, esos sí que fueron momentos de alto impacto para nosotros los espectadores.
En una rueda de prensa Jaime Lorente (“Denver”) decía que los desenlaces siempre dividían opiniones y que lo mejor era quedarse con el viaje más que con el final. Y tiene razón, si bien hay una emoción constante por saber qué va suceder y cuál será el desenlace de todos los personajes, la resolución principal del atraco es una inverosimilitud total que se sustenta con la dinámica misma de la trama que vimos a lo largo de las últimas cuatro temporadas.
Pero vamos, nadie se cree lo que está pasando entre la negociación de los atracadores y la autoridad (“Tamayo”). Sin ánimo de spoilers, esas explicaciones del latón y el oro, son muy exacerbadas, pero bueno, lo desarrollaron de una forma muy vertiginosa que terminas por ceder ante el clímax que se han inventado los guionistas.
Aunque “Tokio” ya solo apareció como narradora, su huella queda indeleble en esta historia, se avisó de que en 2023 llega un spin-off de “Berlín” (Pedro Alonso), pero a mí me hubiera gustado ver una historia paralela de “Tokio”, aunque es verdad que en las primeras temporadas el personaje era muy chocante, dio un giro completo y se convirtió en la heroína del cuento.
Por otro lado el personaje de Najwa Nimri, “Alicia Sierra”, fue el más trepidante de todos los personajes de la última entrega, su cambio de actitud y de bando me dejaron frío, qué pedazo de actriz es esta mujer, es impresionante. Se me hizo muy divertido también que “Pamplona” (Ahikar Azcona Albizu), defendiera su “alias” como parte de la banda de atracadores del mono rojo, esta situación vino a relajar el estado de adrenalina que se tenía en los últimos minutos de la historia, un momento muy tierno.
La fotografía y la ambientación de la serie no decepcionaron nunca, era uno de sus más grandes atractivos y la calidad, se vio en estos últimos episodios en cada detalle. Pues bien, esta trama ha terminado, no así sus historias colaterales. ¿A ustedes les gustó el final?