La nueva película de Luis Gerardo Méndez –“Bayoneta”– es quizás uno de los proyectos más importantes a nivel interpretación para el actor. En la piel del boxeador retirado “Miguel ‘Bayoneta’ Galíndez”, el histrión muestra una gama de matices que van de la frustración al coraje y la tristeza, es también un papel muy físico, porque tiene que representar a un deportista, pero también su cuerpo debe verse deteriorado y con un profundo miedo.
Y así es como el actor solventa una trama que se mantiene muy lineal, que nunca ofrece una emoción que vaya más allá del panorama frío y gris que enfrenta el protagonista en Finlandia. La trama dirigida por Kyzza Terrazas tiene un enfoque muy de autor donde la historia no tiene un clímax como tal, va y viene del pasado al presente y solo la tristeza del personaje central permea, lo que hace que el público se mantenga disperso porque no hay algo más allá, sus pretensiones apenas se dibujan, pero no son claras del todo, está bien que como espectadores interpretemos si quiere regresar a su país o no, pero este interés se pierde poco a poco, porque como lo repito nada más no llegamos a nada.
“Miguel ‘Bayoneta’ Galíndez” es un hombre abrumado por su pasado, una pelea años atrás que tiene un desenlace fatal, lo lleve a dejar el boxeo, a irse lejos de su mujer y su esposa, el destino lo lleva hasta Finlandia donde trabaja como asistente de un entrenador de box en un gimnasio. Él quiere recuperar a su hija y está tratando la manera de ganar dinero para mandarle, ella vive en Tijuana. Pero las cosas se complican cuando el dueño del gimnasio se va a la quiebra y tiene que plantearse “Bayoneta” el regresar al ring y así obtener un poco de esa fama que lo hizo brillar y el dinero suficiente para llevarlo a su hija.
La dirección maneja muy bien el ambiente gélido con las emociones de Méndez, pero es una película que no deja huella, es de esos filmes que solo verás una vez. Luis Gerardo hace también su primer cinta hablando en inglés, al menos la primera que sale a cartelera y eso le da un nivel más porque cuando un idioma no el de nacimiento, hay que resignificarlo para que las emociones sean profundas y sinceras, y claro que lo logra. De no ser por su actuación, la cinta sería aún más plana de lo que ya es.