Cuántas veces hemos escuchado: “la pasiva”, “jotilla brincona”, “músculoca”, «la obvia» y más. Muchas de estas formas de referirnos entre gays pueden ser muy divertidas entre amigos, podría ser motivo de mucha risa para algunos, pero el problema entra cuando empezamos a marcar una distinción en las personas que conocemos y no, juzgando a la ligera utilizando estos términos que son despectivos y nos etiquetan. Se nos olvida que cada quien tiene el derecho de sentirse, verse, vestirse, bailar, caminar y reír como quiera.
Me platicaba hace unos días una amiga, que sus amigos gay asistieron a una poolparty. Uno de ellos le comentó que se la había pasado padrísimo. Entonces ella le dijo que también había ido otro de sus amigos y le enseñó fotografías. Para su sorpresa, el chavo le comentó que él no lo vio, pues entre gays unos no se hablan con otros, lo cual para ella fue extraño, ya que percibe desde su punto de vista, que somos una comunidad unida, que respeta, que incluye y además que NO discrimina.
Pues sorpresa, sí lo hacemos, aun cuando estamos buscando que se nos incluya en los derechos y que exista la equidad, ¿triste, cierto?
Bueno, y para ya no irnos muy lejos, ni mencionemos si alguien en el ambiente gay tiene sobrepeso o es de baja estatura, entre otras cosas que solemos fijarnos para ser despectivos y discriminar, parecería que si no eres alto, guapo, blanco y musculoso, no eres parte de la comunidad, o si lo eres, pues perteneces a otra clase de gay. Peor tantito si te gustan otras cosas, como un estilo diferente de vestir, música que no está de moda, o lugares no populares. Estos aspectos no le interesan a la «gente bien» del ambiente, ¡qué aburridos chicos!
También está padre conocer y saber de otras cosas y no ir como ovejas detrás de lo que todo el mundo hace, dice o se pone. Aprendamos a disfrutar de las diferencias que hay alrededor de nosotros y respetemos las cualidades de las personas para que realmente nos respeten a nosotros.
Los quiero.
