El cine negro es un género atrayente que se mezcla entre el suspenso, la sensualidad y la audacia, no cualquiera es capaz de evocar una trama interesante y álgida con estos elementos, pero el tapatío Guillermo del Toro lo hace de una manera excepcional porque además le imprime su sello personal: La monstruosidad del ser.
Esta cinta que dirige y que coescribe con su esposa Kim Morgan, está basada en la novela de William Lindsay Gresham, publicada en 1946. Y es protagonizada por Bradley Cooper, Cate Blanchett y Rooney Mara, donde también participan Toni Collette, Willem Dafoe, Ron Perlman y Richard Jenkins, entre otros.
Dicen que el que no aprende de sus errores está más que dispuesto a volver a cometerlos, y en parte esta es la premisa de la película. En “El callejón de las almas perdidas”, un ambicioso trabajador de una feria ambulante (Bradley Cooper) con el talento de manipular a la gente con algunas palabras bien elegidas, se une a una psiquiatra (Cate Blanchett) que es incluso más peligrosa que él, para caer en un juego falsas verdades o verdades a medias que pondrán al protagonista al borde de la locura.
Bradley se mete en la piel de un hombre que aspira a una vida mejor, pero tal vez sus decisiones no son las más acertadas para llegar a ello, tiene cierta aversión por los hombres mayores y querer alejarse de ese trauma incluso lo acercará más a vivir con sus propios demonios.
Hay que decir que Cate maneja una estela de melodrama que cualquier telenovela envidiaría, y aunque pareciera que el personaje que hace Rooney es sumiso, conforme avanza la trama, veremos que no es así y que incluso es quien tiene mejor marcados los límites de la ética.
“Cuando tienes dos actores del tamaño de Cate Blanchett y Bradley Cooper, pues realmente comencé a ensayar y ver si encontrábamos cosas nuevas, cambié mucho la forma de acercarme al trabajo de cámara, que aunque es igual de preciso que antes, hay más descubrimiento con los actores, es una película que realmente empecé a disfrutarla no solamente filmándola en cachitos, como normalmente lo hacía, esta no la edité en cámara, me dije, vamos a ver qué pasa con ellos, y esto me cambió la vida porque es abrirle el espacio a los actores”.
En esta cinta, Del Toro no toca lo sobrenatural, pero lo fantástico está en los escenarios y las analogías que representa, la cinta es bellísima en su ambientación, diseño de producción, maquillaje y vestuario, visualmente es impactante. Tal vez peca en el ritmo algunas veces, pero la visión cinematográfica de Del Toro más la audacia y las tablas de sus actores, encumbran una cinta noir maravillosa.
“Me interesaba mucho ir dejando ciertas cosas que te protegían o que te protegen el ingenio visual, porque los monstruos te protegen de hablar más descaradamente de ciertas cosas. Y no es que no vayan a volver, porque después de esta película viene ‘Pinocho’ y una de monstruos otra vez. Pero siempre me ha dado curiosidad probar algo diferente, y esta película curiosamente es un drama sin elementos sobrenaturales, aunque las atmósferas son visualmente muy elaboradas, casi fantásticas en cierta forma”, explica el director.