El tráiler de “El Cascanueces y los Cuatro Reinos” es más interesante que el propio desarrollo de la película. Las expectativas de ver en pantalla grande un clásico de Navidad desaparecieron cuando perturbó la insufrible, chillante y cursi actuación de Keira Knightley con su personaje “Sugar Plum”, una copia mal diseñada de “La reina de corazones” que hizo Helena Bonham Carter en “Alicia en el país de las maravillas”.
Keira es una excelente actriz, pero simplemente en este filme está insoportable, desde el momento en el que aparece en escena se hizo tan evidente la trama que ya no habría sorpresas por esperar en el clímax y desenlace, es más, realmente nunca hubo un clímax.
Sabíamos de antemano que la cinta producida por Disney era una versión distinta del cuento clásico o de lo que hemos apreciado en la danza clásica cuando este montaje se presenta en la temporada de fin de año para recordarnos la magia de la Navidad. Y está bien, hay que renovarse, pero la productora nos ofreció la misma fórmula de siempre: una princesa Disney en apuros.
El inicio de la película es aburrido, pero hay que enfrentarlo para entender el planteamiento, la estética juega con una serie de tapices y texturas que vuelven los ambientes muy pretenciosos y a veces hasta de mal gusto. “Clara”, la protagonista, interpretada por Mackenzie Foy se rige cabalmente por la dirección de Lasse Hallström y Joe Johnston, por lo que no veo algo que marque la diferencia en su actuación, ese twist que represente su esencia.
No obstante, el personaje que me parece más entrañable y con una empatía muy clara con los espectadores, es “Phillip” (Jayden Fowora-Knight), al menos yo sentí una ternura y comprensión por él y no por la heroína. Otro punto positivo de la cinta, son los cameos de figuras importantes del arte, el maestro Gustavo Dudamel y la bailarina Misty Copeland. Por otro lado, Helen Mirren es una actriz divina, una maestra del histrionismo, pero aquí es tan desaprovechada que salen más en escena los actores secundarios que ella misma.
La villana de la trama, que muy pronto descubrirán quién es… sí, creo que ya atinaron, no tiene un propósito claro, es mala nada más porque sí, y ni siquiera ha puesto en marcha un plan, por lo menos divertido, cuando me la apagan por completo. No hay una estructura de guion fuerte que sustente los propósitos de los personajes. Es una película que los niños van a padecer de lo floja que se desarrolla.
¿Y qué podemos decir de Eugenio Derbez? Primero, felicitarlo por ser parte de las grandes producciones de Hollywood, pero en cuanto a su actuación, estamos viendo a “Julio Esteban” –uno de sus personajes que vimos en Televisa– en una versión más sofisticada, y sí, está divertido y entretenido con un rol que lo coloca en una buena posición. “El Cascanueces y los Cuatro Reinos” es una cinta por demás olvidable, ¡suerte para la próxima!