Cuando vi que Disney avisaba del próximo estreno de “Encanto”, me emocioné porque se iba a abordar la idiosincrasia colombiana, así como sucedió con México a través de “Coco”, pero la chispa no ocurrió, este filme animado carece de magia y de una historia bien armada y contundente, claro que la animación es espectacular y los personajes son lindos, pero quedan muchos cabos sueltos que no son aclarados, ni bien resueltos.
“Mirabel” es la protagonista de esta historia, una joven adolescente que resalta el valor de la familia por sobre todas las cosas. “Los Madrigal” son una estirpe que tiene magia, cada uno de los integrantes posee un poder que le fue otorgado para ayudar en su comunidad, excepto ella, algo pasó que cuando era su turno de recibir el don, no pasó nada, pero pronto una visión les hará saber a todos que la casa en la que habitan, –la cual tiene vida propia– está en peligro.
En esta cinta no hay buenos ni malos, la que más se acerca a la tiranía es la abuela de “Mirabel”, “Alma”, quien de manera indirecta le recrimina que no tenga un don como el resto de la familia, pero la primera incongruencia aparece ahí, porque precisamente la abuela no tiene ningún don, es más bien como la custodia de que todo marche en “armonía”.
Los poderes otorgados a sus hijos y nietos son a través de una vela que está encendida permanentemente hasta que la visión que se cumple que es donde “Mirabel” está involucrada, pero es que nunca se explica el origen de la vela, solo sabemos que cuando la abuela dio a luz a sus trillizos ella, su esposo y otros campesinos fueron desplazados, que él perdió la vida por enfrentarse ante los hombres que los sacaron de su pueblo, y que de pronto la tierra le concedió una lugar y una casa donde vivir a la abuela.
La cinta tiene colores muy vivos, el acento colombiano está reflejado, la película es entretenida, pero no hay una conexión que nos haga sentir que será una cinta memorable.
