El cine mexicano cada vez más busca nuevas narrativas con propuestas interesantes que se salen de los cánones establecidos de la comedia cliché de siempre. Es el caso de la cinta “El día que todo cambió” dirigida por Javier Colinas y escrita, producida y protagonizada por Luis Arrieta. Ambos son expertos en el género nacional que predomina en las salas de cine: la comedia. Pero ahora se embarcan en un thriller que va más allá de la acción con una exploración sobre la crudeza de la violencia social y hasta con un toque de gore.
Un hombre y su esposa son asaltados y ella muere asesinada a manos de los delincuentes, siete años después, este sujeto (Luis Arrieta) busca justicia por su propia mano. Ahora la víctima se vuelve victimario y se transforma en un psicópata que mata y entierra clandestinamente a todos aquellos delincuentes que cruzan la zona donde él fue presa del fatídico hecho que le arrebató a su esposa.
Luis ofrece una interpretación contundente, subió más de 20 kilos para convertirse en un esposo amoroso, tímido e introvertido y al pasar estos siete años en la trama, está impresionantemente delgado, con un semblante agotado y lleno de ira, conservando esa esencia introvertida que es lo único que le queda del hombre que fue.
Si bien, la trama ofrece situaciones bastante radicales, el guion las defiende muy bien desde el dolor y la rabia que siente el personaje en un país donde a diario se cometen crímenes y la violencia es el pan de cada día.
La cinta tiene una moraleja eficaz sobre cruzar los límites y convertirte en aquello que tanto detestas. Tiene un muy buen ritmo y el desenlace es emotivamente devastador. Luis Alberti, quien es el coprotagonista, en realidad aparece solo en las escenas clave del filme, pero estas participaciones son contundentes. Gabriela Cartol también tiene una participación especial, es interesante verla en otras narrativas más allá del cine de autor.
Si tienen oportunidad de ver este filme, no la desaprovechen, es una producción que vale mucho la pena.
