Recientemente hemos sido testigos de cómo los discursos de odio se amparan en la “libertad de expresión” para dar charlas y vender libros que están en contra de lo que ellos llaman “Ideología de género”.
Para empezar, el término “ideología de género” es un algo inventado por personas conservadoras que creen que la lucha por las libertades y de libre decisión es un tema que responde a intereses políticos y lo que ellos llaman “lobby gay”.
Los autores de un texto llamado “Libro negro de la nueva izquierda” vinieron a un dar una conferencia “Deconstruyendo el feminismo radical, la ideología de género y el aborto”, en la ciudad de Zapopan en Palacio de la Cultura y los Congresos (Palcco). En dicho evento explicaron el surgimiento del feminismo extremo, lo que ellos llaman la radicalización y sexualización del género, así como la desmitificación de una lucha legítima por el reconocimiento de los derechos de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo y sobre los derechos de las personas LGBTTTIQ+.
Este tipo de charlas promueve la idea de que las personas no tenemos derecho a la libre expresión de género y libre elección de identidad. Promueven que acorde al sexo que naciste es el género y la identidad que debes adoptar, hombre o mujer. La actual lucha de colectivos por los derechos a libre elección, rompe paradigmas binarios dando la posibilidad a las personas de poder expresarse y reconocerse como ellos o ellas decidan mejor para su realización personal.
Lo que sucedió en Palcco el pasado 18 de junio, fue un acto de promulgación de discursos de odio ante las decisiones personales que le incumben a cada individuo. Con la nula posibilidad de evitar que este tipo de charlas/ conferencias se den en territorio jalisciense, quedó demostrado que en nuestro Estado aún falta mucho camino por recorrer en materia de protección y entendimiento de las necesidades de poblaciones en situación de vulnerabilidad y de las mujeres.
Autoridades dijeron no poder hacer nada para cancelar la realización de esta práctica porque, hasta el momento previo a la charla, no se había emitido discurso alguno de odio. Aunque era bien sabido el contenido y los temas que se tratarían.
Colectivos se manifestaron afuera de las instalaciones de Palcco, para reclamar un Estado libre de actos de discriminación, para reclamar el nulo actuar de autoridades y representantes “aliados”. Estas personas nunca acudieron al llamado, solamente dijeron que “en caso de que se emitiera discurso de odio” actuarían con todo el peso de la ley.
Pero una vez dado y escuchado el mensaje, cómo pretenden hacer un control de daños para los jóvenes que entendieron que la idea de que ser LGBTTT+ está mal, o cómo le explicarán a los padres que se convencieron que sus hijos o hijas no heterosexuales están mal y “se pueden curar”, qué harán para explicarles a las personas que se quedaron con la idea de que las mujeres transexuales están enfermas y solo buscan abusar de otras mujeres, usando una “imagen” de mujer; o qué harán para explicarle al señor que asistió y se quedó con el mensaje de que ser gay, lesbiana, bisexual, etc, no es una elección, sino una característica que no podemos controlar, curar, eliminar o decidir quitar de nuestras vidas.
Escuché periodistas que escribieron que estaba bien argumentar y dialogar ideas diferentes, que la batalla estaba en el diálogo y en la contra respuesta con argumentos. Me sorprendió escuchar esto de personas que considero aliadas de la lucha por los derechos de las personas LGBTTTIQ+. Pero al mismo tiempo me hizo darme cuenta que aún con personas aliadas, hace falta mucho explicar cómo vivimos las y los LGBTTTQ+. Hacer énfasis en que no necesitamos dialogar o debatir sobre nuestra libertad de decidir, nuestra libertad de ser y nuestra libertad de amar. Simplemente garantizar los derechos humanos por encima de preceptos religiosos y cánones sociales.
Esta charla en Palcco nos ayudó a evidenciar que hace falta mucho camino por recorrer en la sensibilización de las personas ante problemáticas específicas y lo más grave, es que a pesar de todos los avances hay momentos que, como el martes pasado, las personas LGBTTTIQ+ de Jalisco estamos solas; solo nos tenemos a nosotras mismas para hacernos fuertes y levantar la voz para exigir que no se sigan propagando discursos de odio que se traducen en violencia, feminicidios, crímenes por homofobia y estigmatización por no ser heterosexual o tener una expresión de género fuera del binarismo en el que vivimos.