Me he devorado la tercera temporada de “Élite” en sus primeras 24 horas de estreno. El dramón se ha puesto más sensual con su estela de suspenso que nunca decae. A diferencia de las entregas anteriores, ahora noto que los alumnos de “Las Encinas”, están creciendo, están dejando de ser adolescentes para entrar a su etapa de adultos, se están preocupando por su futuro y experimentan la ira y la sexualidad al mismo tiempo, un coctel bastante poderoso que como audiencia nos deja al filo de nuestras emociones.
Destaco mucho que ahora no hay ni buenos ni malos, los villanos como “Lu” (Danna Paola) y “Polo” (Álvaro Rico) están dejándonos ver su lado más humano, empezamos a tener mucha más empatía por ellos. Digo, “Lu” se había ganado nuestro corazón con su caprichosa actitud y sus icónicas frases, pero “Polo” es ahora el gran protagonista, de él se van desarrollando las historias de los demás personajes. Y aunque no justifico para nada que haya asesinado a “Marina” (María Pedraza), se nota que la está pasando mal, quiere redimirse, pero las circunstancias lo obligan a seguir mintiendo.
Me había asustado un poco que en los primeros episodios Danna Paola no tuviera el mismo peso que sus demás compañeros, pero conforme se fue desarrollando el misterio de esta nueva entrega, su rol –“Lu”– tomó una gran fuerza y un giro inesperado lleno de adrenalina.
Por otro lado, también hubo quienes me sacaron de quicio por su voluble manera de sobrellevar la peste de “Polo”, por ejemplo, “Guzmán” (Miguel Bernardeau) y “Samuel” (Itzan Escamilla), muy exasperantes ambos, pero también “Carla” (Ester Expósito), esta última con un desarrollo bastante aletargado pero que luego se compone en los siguientes episodios.
La sensualidad toma el nombre de “Valerio” a través del chileno Jorge López. Qué manera de erotizar la pantalla con la relación poliamorosa que lleva con “Polo” y “Cayetana” (Georgina Amorós), seguro estoy que más de alguno fantaseamos con la idea de una relación de tres. Es muy interesante cómo los guionistas retratan las nuevas maneras de relacionarse entre los jóvenes, claro, hay un alto grado de ficción, pero ahora la libertad de amar y ser amados es más abierta que antes.
Los nuevos personajes como “Yeray” (Sergio Momo) y “Malick” (Leïti Sène), suman mucho a la nueva temporada, sobre todo el segundo, quien le pone la sazón a la relación de “Omar” (Omar Ayuso” con “Ander” (Arón Piper), usando a “Nadia” (Mina El Hammani).
Pero otro de los personajes que más creció fue el de “Rebeca” (Claudia Salas), una chica rebelde de gran corazón que nos quiere repetir los patrones de su mamá, pero que el destino la lleva a eso que ella tanto quiere evitar.
La complicidad es la palabra que define esta tercera entrega, qué tanto está dispuesto hacer el uno por el otro para salir bien librados de un incidente que los va a poner al límite y en el que el futuro de todos está en juego. Ojalá que sí haya una cuarta temporada.