Comer es un acto necesario y placentero, pero cuando la experiencia es una revolución de sabores y texturas, es como estar en el paraíso. Y justo ese mood me dio el acudir a Ssam en calle Morelos –por la zona de Centro Magno–. Recibí la invitación del restaurante a través de Tere Macías y su equipo y no dudé en invitar a mi amigo Mau Mosqueda.
Él llegó primero a Ssam y me previno que el trato iba a ser de lo más agradable, porque a él ya lo estaban consintiendo. Y no se equivocó, desde que entré, el recibimiento fue de lo más lindo; una de las colaboradoras me dio gel antibacterial –hay que decir que cumplen con todos los protocolos establecidos de higiene y sana distancia– y luego de sentarme a conversar con Mau, nos dejamos llevar por la experiencia gastronómica que estaba por suceder.
Alonso, fue quien nos atendió de maravilla y nos dirigió con César Cárdenas, propietario del restaurante en conjunto con su esposa, quien es originaria de Corea. Ssam tiene tres establecimientos, este de Morelos al que acudimos, Mercado Andares y Pannarama.
“Ssam nace hace ya casi siete años, mi esposa es coreana, y al venir a Guadalajara iniciamos con la comida mexicana, con desayunos… íbamos avanzando y se sugirió meter un platillo coreano, lo hicimos y tuvo éxito, después incluimos dos y luego toda la carta se hizo coreana, desde ese momento hemos tenido muy buena respuesta por parte de los clientes”, nos contó César, quien además nos adelantó que en septiembre próximo abrirán un nuevo Ssam en Punto Sur.
Abrir un nuevo restaurante por estos días pandémicos es una hazaña, pero para César y su esposa, es un aviso de que las cosas van bien y hay que arriesgarse para que vayan mejor. “Mi esposa me ha transmitido la filosofía de globalizar la comida coreana, que la gente la conozca más y más. Yo soy administrador de restaurantes, así que juntos queremos lograr esto, que se sepa de la cocina coreana y expandirla para que tenga más auge”. La intención es después abrir camino en la Ciudad de México.
Y debe ser el momento idóneo, la cultura coreana ha tenido un auge importante en Occidente a través de la música y el arte, así que la gastronomía de esta región también tiene que marcar un parteaguas.
Cuando terminó la charla con César, nos prometió que íbamos a probar el Soju –una bebida alcohólica– que nos iba a encantar, y sabía de lo que hablaba, lo degustamos a base de sabor toronja y bueno… como digestivo estuvo genial. Alonso, quien nos estuvo apapachando durante nuestra visita, también nos llevó unas limonadas, la mía con carbón activado –como si fuera un refresco con gas– y la de Mauricio fue de sabor maracuyá.
La entrada fue pollo frito bañado en una salsita dulce, que más tardó en llegar que en lo que la devoramos Mauricio y yo. Luego probamos un Ramyeon, y el paladar estaba en explosión, los fideos contrastaban perfecto con una estela picosita, donde la carne y el huevo le daban un nivel extraordinario. Mientras que el platillo estrella fue una parrillada.
De hecho nos contó Alonso que Ssam significa taco, así que para hacer un match con la cultura mexicana, esta parrillada coreana se come en tacos, solo que la tortilla es una hoja de lechuga, a la que se le pone una cama de arroz, después la carne que puede ser de cerdo, de res o camarón envuelto en tocino y luego van los acompañamientos como el edamame y otras hojas comestibles, además de unas salsitas que ¡wow!
Aquí lo más interesante es que el comensal se hace cargo de su parrillada, al centro de la mesa están las herramientas para ponerla en marcha, así nosotros decidimos el punto de cocción de la carne y las verduras que también iban como parte del platillo, para este punto Mauricio y yo ya estábamos más que satisfechos, pero César también nos había prometido el postre, y claro que no le íbamos a quedar mal, probamos una paleta matcha cubierta de chocolate con una capa de malvavisco que pusimos brevemente a fuego lento, ya se podrán imaginar ese momento glorioso.
Nos compartió César que para la elaboración del menú, él le dio su punto de vista mexicano a los sabores coreanos y su esposa puso en marcha las recetas con la opinión de su familia y amigos coreanos. Para que los comensales asimilen mejor los sabores, señala César que bajaron un poco la intensidad del ajo y del picante, “pero son recetas 100% coreanas, la presentación la cambiamos un poco también, para que fuera más llamativa, pero no son platos fusión, solo la presentación es distinta”. Te invitamos a que te dejes conquistar por los sabores de Ssam, así como nos ocurrió a nosotros.