Hace unos días se viralizaron unas fotografías de Maluma donde posa de manera muy coqueta sus outfits y accesorios, pero parece que esas fotografías incomodaron a muchos, inclusive los propios blogs enfocados en la comunidad gay sacaron todos sus demonios, es decir los marginados por la homofobia, terminaron por ser homófobos con el propio cantante con memes que decían:
“Cuando eres cantante, madre, padre, activa y pasiva, secretaria, empresaria, testiga de Jehová, fashionista, Miranda Priestly, embajadora de la diversidad y diseñadora de modas”, como si ser todo esto tuviera algo de malo.
Lo mismo pasó con una foto de Alejandro Fernández donde en un palenque fue captado con una pose amanerada y los memes también llegaron como de rayo: “Cuando eres aficionada de Tigres, potra, cantanta, maestra de aerobics, mariachi y vendedora de leggins”… e insisto, como si ser todo esto tuviera algo de malo.
Todos estos calificativos que se escudan en la mofa, si los analizamos tres segundos, vienen del profundo machismo en el que vivimos, donde todo lo que tenga que ver con lo femenino es malo, hasta en eso indirectamente recriminamos a las mujeres.
En tiempos “modernos” como los de ahora, que un hombre disfrute de su lado femenino, fashionista, metrosexual o como quieran llamarlo, está sujeto a la ridiculización, a la burla, porque a lo largo de las décadas y desde que el mundo es mundo, ser afeminado es malo, así como cuando te dicen puto o maricón, es un insulto y nadie quiere ser insultado de esa manera. Y qué pena que los mismos homosexuales fomentemos eso directa o indirectamente.
Ya lo había mencionado en una reflexión pasada, muchos gays quieren vivir una vida “heterosexualizada”, y claro que es una decisión muy propia, no la juzgo, pero sí reclamo que la quieran vivir con todos los estereotipos de los que ellos mismos son estigmatizados. Un gay varonil no quiere convivir con un gay afeminado, basta con ver el Grindr para descubrir la discriminación que hay en el propio círculo LGBT.
Qué padre que Maluma vista como quiera vestir. Y qué mal que por considerarle «afeminado», eso inmediatamente se tache de algo malo, burlón y falta de virilidad. Ser afeminado o verse como tal es tan cool como verse varonil. Entiendo el chiste y hasta yo me río. Pero cuando ser afeminado no sea una ofensa o motivo de burla para los demás, avanzaremos un poco más en inclusión.
Y no se trata de polarizar las cosas o los chistes que surgen en la red, pero cuando algo te incomoda es porque el que se tiene que analizar eres tú. Lo que te choca te checa. Sé afeminado, sé femenino, sé varonil, sé cómo te dé la chingada gana de ser, que vida solo hay una.
