“Y seguiremos siendo nosotros” es la nueva novela de Fernando Viveros, doctor en creación literaria y promotor cultural. En ella plantea los contrastes y emociones humanas que se confrontan en una familia hipermoderna ante la enfermedad de un padre, en la que hay miembros mejorados por las nuevas tecnologías y otros que se mantienen naturales.
“Es (una novela) para reflexionar sobre la vida y la muerte, la salud y la enfermedad y la libertad o no, que nos imponen las nuevas tecnologías. Es algo que yo transfiero al interior de una familia de manera metafórica para tratar de entender cómo sería esta conversación ante el flujo de todos los temas que nos están pasando”.
La trama se plantea en un futuro distópico, pero que también podría decir mucho del presente que se vive ahora bajo esta nueva realidad en la que nos encontramos donde la pandemia ha potencializado el uso de la tecnología para la convivencia diaria. “Definitivamente la pandemia ha resultado un gran acelerador digital. La línea divisoria entre el presente y el futuro y la ciencia ficción y la realidad, cada vez se hace más delgada, prácticamente invisible”.
Sin embargo, a pesar de que la novela se plantea en la hipermodernidad, sigue representando temáticas que siguen sin superarse, como el consumismo, el cambio climático y la violencia de género. “Esta es una observación de la realidad que estamos viviendo. Los miembros de esta familia son quienes representan los grupos demográficos que pueden quedar en una sociedad muy próxima”.
El padre de familia, por ejemplo, representa al grupo de seres humanos nacidos en el siglo XX, “con cierta resistencia al vértigo de las nuevas tecnologías”, explica. “El segundo grupo, si bien nacieron en un ambiente natural, aspiran a poder insertarse en la tecnología para poder mejorar su desempeño. El tercer grupo de personas está representado por transhumanos, ya tienen tecnología dentro de su cuerpo, ya están programados para mejorar sus capacidades, pero se encuentran desadaptados porque todo a su alrededor tiene todavía ese estado de transición entre lo natural y lo mejorado”.
El último grupo de individuos es representado por la hija menor, estos tienen la habilidad de poder proyectar un mundo hiper-tecnológico, pero también mantienen un respeto a la naturaleza y a la capacidad de defender la libertad y los valores humanos que los unen. Señala el autor que uno de los objetivos de la novela es reflexionar sobre la fragmentación de la sociedad que influye en la falta de empatía, el respeto, la solidaridad y los afectos.
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