Regido por la frase: “La fotografías no están hechas para decorar paredes, sino para inspirar vidas”, el fotógrafo Jonathan Klip ha encontrado en el oficio de la imagen la forma de impulsar su creatividad. Y desde su trinchera, ser un factor de cambio positivo para el desarrollo de su país a través de sus distintos proyectos, como los libros “Entre Catrinas” y “Entre Guerreros”, además de sus colaboraciones con diferentes personalidades de la música y el arte y el desarrollo de su centro cultural.
Conversamos con él acerca de su oficio, pero también sobre lo nuevo en lo que está trabajando, por ejemplo, nos contó que el confinamiento a causa de la emergencia sanitaria por el COVOD-19, precisamente lo ha motivado a darle continuidad a aquellos proyectos que mantenía en receso porque el ajetreo constante no se lo permitía.
Klip estaba por abrir su centro cultural, el cual lleva su nombre, pero justo se atravesó la cuarentena. “Íbamos a empezar el 15 de marzo, pero por obvias razones se retrasó el arranque de cursos, pero estos serás permanentes. Lo que estoy haciendo ahorita, aprovechando la contingencia, es un canal en YouTube para que la gente pueda interactuar y pueda saber temas de fotografía para que aprovechen su tiempo, es una manera de entretenerlos y ayudarlos a enriquecer sus vidas dentro de lo que se pueda”. Lo que sí es que desde su centro cultural estará promoviendo a los nuevos talentos de la fotografía.
Señala Jonathan que estar frente a la cámara no ha sido fácil, “nunca he sido muy bueno para que me tomen fotos, siempre soy yo el que las toma. Y el canal de YouTube me llenó muchísimo, la gente ha estado muy interesada y eso también a mí me ayuda mucho para que vean que atrás de todo hay una técnica, una teoría y muchos años de aprender, perfeccionar y probar”. Sobre cómo es que decide tomar este paso de estar frente a una cámara, comparte que desde antes de ser fotógrafo, siempre ha tenido el objetivo de vida de inspirar a las personas.
“Trato de inspirar a la gente a través de las imágenes que yo hago y que cuando las vean, se motiven para salir adelante. Yo he cometido también muchos errores, pero que la gente pueda ver esa parte, no solo ayuda a quienes no son fotógrafos, también a quienes sí lo son para que sepan que hay un camino increíble y una oportunidad de vida espectacular.
Encontrando su pasión
Jonathan dice que a él la fotografía lo salvó. “Yo hasta hace ocho años trabajaba en el mundo corporativo, era director de finanzas y mi esposa se enfermó, un momento muy complicado, yo tenía que cuidar a mis hijos, no podía estar en el mundo corporativo viajando muchísimo. Entonces, decidí con mi familia cambiar el curso, yo tenía un hobbie que era la fotografía, era el momento de no ver por uno mismo y de poder ayudar, porque si yo estoy bien, también mi familia. Opto por la fotografía para seguir adelante y no solo me ayudé a mí mismo, también inspiré a otras personas y hasta la fecha lo sigo haciendo”.
El mundo actual de la fotografía
En el mundo de las redes sociales en el que interactuamos, la fotografía toma un papel indispensable. “Los teléfonos inteligentes hacen que la gente tome muchas fotografías, se calcula que hoy en día se toman la misma cantidad de fotografías en un solo día que hace 20 años a lo largo de un año completo. Y esto se junta con un tema muy interesante, que las redes sociales ayudan a romper fronteras y a llegar mucho más lejos y una fotografía es uno de los mejores canales de comunicación, no tiene idioma, raza, ni preferencias políticas. Entonces, ésta puede ser entendida por un niño de dos años, o un niño de 92”.
Destaca como fotógrafo, el tipo de imagen que más le gusta captar son los retratos. “Son mi especialidad, el 80 por ciento de las fotos que tomo durante el año son retratos, pero el urbano, el natural… agarrar a las personas en ese momento de vida cotidiana, pero con una mirada que inspira. A mí ponme una cámara y una persona y soy el más feliz del mundo”. Pronto también presentará un libro donde retrata a músicos de una manera muy poco usual.
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