Tal ha sido el furor del estreno de la película de Barbie, que es común ver en las salas de cine al público con los colores, la tipografía o prendas alusivas a la muñeca más famosa del mundo. El éxito de marketing ha sido tal, que la tendencia “Ser como quieras ser” se sigue replicando exponencialmente.
Sin embargo, no todos están contentos con el contenido de la película, la cual ha sido calificada como “progre” y “woke”. La cinta habla del yugo patriarcal y cómo tenemos normalizado vivir bajo este contexto. “Barbie” (Margot Robbie) se enfrenta a un mundo completamente ajeno al de ella cundo cruza la realidad humana, en “Barbie Land” todas las muñecas tienen puestos importantes y son valoradas por quienes son y representan, pero en contrapunto, en la Tierra, las mujeres son vistas como objetos, sexualizadas y cosificadas.
El filme dirigido por Greta Gerwig, tiene un humor negro que contrasta con la paleta de colores de “Barbie”, se ríe del patriarcado y estereotipa a los hombres como las mujeres han sido estereotipadas en este mundo diseñado para los caballeros, aspectos que incomodaron al sector masculino porque según ellos si fuera al revés, habría una gran polémica.
Lo que ellos no entienden desde su privilegio, es que esto siempre ha sido así y la directora muy inteligentemente espejea este contexto para que los mismos hombres se vean ahí y entiendan –bueno, los que quieran entender– que las mujeres continuamente se siente así en cada área de sus vidas donde hay “machos alfa” que quieren controlar lo que dicen, lo que opinan, cómo se visten y que siempre buscan ser sus “salvadores” aunque ellas no se los hayan pedido.
Aquí, “Ken” (Ryan Gosling) se convierte en el vínculo que hará cuestionarse a los hombres en qué punto están, la cinta sin embargo, no los recrimina, aunque muchos digan que sí. “Ken” se convierte en una oportunidad de deconstrucción mientras que “Barbie” transita por cuestionamientos existenciales que nos hacemos todos sobre nuestra propia vida, la muerte y qué es lo que nos hace felices, tópicos que para el ardor de los hombres, no se centran en ellos, sino en la introspección y reflexión de alguien que está mirándose hacia dentro y dándose cuenta que madurar duele.
Otro punto que representa muy bien la cinta es a través del grupo de empresarios de Mattel que toman las decisiones en cuanto a lo que ellos creen que les gusta a las mujeres desde el contexto del “Mansplaining”, que se define como “explicar algo a alguien, especialmente un hombre a una mujer, de una manera considerada como condescendiente o paternalista”, según se encuentra en internet. Un claro ejemplo es cuando se reúnen panelistas para hablar de la violencia de género y todos son hombres tratando de encontrar soluciones cuando no hay ninguna mujer en el centro de la discusión, cuando son ellas las realmente afectadas.
Margot y Ryan hacen un excelente trabajo, toda la estética de la película es encantadora, hay mucha moda y mucho estilo de por medio, representando fielmente la estética de “Barbie”, pero también hay que decir que el ritmo de la trama a veces decae y se siente que avanza lento.