“La casa de las flores” se redime con su final de temporada

Sin duda “La casa de las flores” se convirtió en uno de los proyectos referentes de la cultura pop nacional contemporánea. Demostró que el melodrama sigue teniendo mucha vida, solo había que reajustarlo mostrando personajes cotidianos en contextos extraordinarios, como la vida misma pues. Por es que cuando nos enteramos de la salida de Verónica Castro de la serie y que la segunda temporada nos había roto el corazón, estuvimos expectantes de cómo Manolo Caro resolvería tremenda encrucijada, pero gracias al universo encontró la manera y el show tuvo un cierre digno que redimió el trago amargo de la temporada pasada.

Sí tenía mucha razón Manolo al decir que este proyecto cerraría con una tercera temporada. Se explotó muy bien a los personajes como “Paulina de la Mora” y sus hermanos, que buscarles otras problemáticas solo los hubiera desgastado y forzado, mejor quedarnos con un recuerdo bello al cual podemos regresar cada vez que tengamos ganas gracias al tío Netflix.

Imagen de Netflix.

Conectar con el pasado de varios de los personajes centrales, fue una de las cartas fuertes para que “La casa de las flores” gozara de una reinvención. El casting para esta hazaña estuvo muy bien elegido, además hay que decir que Manolo nos dio a manos llenas mucha guapura con actores con cuerpos de adonis que compensaban muy bien tanta hermosura con su talento.

Yo me enamoré de Tiago Correa, de Christian Chávez, de Javier Jattin y de Emili Cuaik, pero es que también hicieron excelente trabajo Isabel Burr y Ximena Sariñana. Me dieron unas ganas inmensas de ser parte de la época de finales de los 70, siempre he dicho que en otra vida, yo fui parte de esos años; además ¡la atmósfera! El director la redondeo con un padrísimo soundtrack y un vestuario y maquillaje de gran calidad, se notó la manufactura.

Imagen de Netflix.

Mención aparte Rebecca Jones, solo una mujer con su temperamento para interpretar a una excelente villana como “Victoria”, la mamá de “Virginia de la Mora”, quien en el presente, el rol lo interpreta la también primera actriz, Isela Vega.

En cada capítulo ir del pasado al presente dotó de mucha frescura a la trama, hubo un buen equilibrio siguiendo las dos historias, una nunca estuvo por encima de la otra y eso tiene que ver mucho con el guion y la edición.

Imagen de Netflix.

El otro gran elemento de este cierre de ciclo, es que Manolo no reparó en darnos a manos llenas jotería en este variopinto panorama donde nos desarrollamos la comunidad arcoíris. Se fue al pasado para hablarnos del movimiento LGBT a finales de los 70, nos acercó al mundo del travestismo de la mano de Christian Chávez, quien rompió sus propias barreras con el personaje de “Pato”, uno de los mejores amigos de “Virginia de la Mora”.

Manolo ya nos había mostrado el arte del transformismo y ahora le abrió la puerta al universo de las drag queens donde Valentina tuvo una aparición especial, la cual fue más de ornato que contundente, pero bueno, también tiene un público internacional que estaba expectante de verla.

Imagen de Netflix.

Vimos relaciones sentimentales poliamorosas, heterosexuales, homosexuales y trans, pero siempre desde el respeto y la empatía teniendo como vehículo la comedia, lo que hacía que nuestras abuelas y mamás digirieran mejor la trama y se enamoraran como nosotros de la mayoría de los personajes.

Los momentos musicales estuvieron padrísimos también, harto drama y ganas de sacar el karaoke como cuando Ximena Sariñana y Paz Vega cantan “Cosas del amor”. Y también la cereza del pastel fueron los cameos de grandes personalidades como precisamente la actriz española y Miguel Bosé, entre otros.

No obstante sí hubo algunos puntos flacos de la historia que se resolvieron lo más pronto posible para no caer en camisa de once varas, entender, por ejemplo, de una mejor manera cómo es que “Virginia” de ser tan liberal se hizo tan conservadora, o que un personaje como el de “Jenny Quetzal” (Mariana Treviño), prometía ser una gran revelación y se desinfló en los primeros episodios en los que apareció. Insisto en que la salida de Verónica Castro fue un gran error, pero pues ese hecho no estuvo en nuestras manos, sin embargo, Manolo es muy creativo y tomó al toro por los cuernos y nos entregó un proyecto muy entrañable, porque un melodrama siempre acaba en boda y en este, hubo dos novias, “Paulina” y “María José”.

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Kike Esparza

Soy un periodista apasionado del cine, la música y la moda. Tengo una obsesión por contar las horas y estornudar una y otra vez cuando tengo que tomar una decisión. Quiero ser como Carrie Bradshaw.

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En este blog Kike Esparza habla desde su experiencia, 12 años en el periodismo le han permitido adentrarse y disfrutar de tópicos como el cine, la música, la moda y la diversidad. Rosa Distrito es el espacio que disfrutamos todos.

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