Rendirse es de valientes. Para Michelle Rivera ese fue el primer paso para cambiar su vida después de tocar fondo y decidir sanarse, el proceso no fue sencillo, pero ahora está plena y lo relata a través de su primer libro “Misión divina”, el cual presentó hace unas semanas en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) donde tuvimos oportunidad de conversar con ella sobre lo que ha significado su nueva manera de ver la vida, ahora como terapeuta holística y maestra espiritual.
Recordemos que Michelle también fue una de las transformistas más icónicas de la escena nocturna local y nacional que se presentaba en lugares muy importantes para la comunidad LGBT como lo fue el Mónica’s en nuestra Guadalajara de contrastes.
«En la práctica espiritual se nos enseña a que tenemos dos caminos: el del amor y el del dolor, y yo elegí el del dolor muchas veces, hasta que me cansé y ya no quise seguir viviendo así, pero para eso cuesta trabajo, uno se tiene que rendir y decir: ‘sola no puedo y necesito de un ser superior que pueda darme una guía, y así fue como yo encontré este camino y esta misión».
La espiritualidad fue la respuesta que Michelle encontró en su proceso de nueva vida. «La respuesta siempre está dentro de ti, pero no toda la gente está lista para escuchar su interior. Entonces, requieren de una práctica terapéutica con alguien que sea profesional. Lo que pasa es que también en este rubro hay mucha gente que no está enfocada en la espiritualidad, que es gente que mueve energías sin una conciencia. La gente siempre juzga, pero lo ideal es hacer lo que sientas que tienes que hacer, desde tu interior, que te dé paz y felicidad genuina y si la gente te juzga, quiere decir que estás llamando la atención, que estás haciendo algo bueno ahí».
Con respecto a señalar y juzgar, dice Michelle, que esto es parte de la naturaleza del ser humano, sin embargo, hay que aprender a trabajarlo. «El juicio es algo que está en el sistema de pensamiento de lo humano y tú que eres un ser espiritual, debes de aprender a no juzgar y a perdonarte por haberlo hecho». En el libro expone Michelle que al estar en el desarrollo de éste, pensó que la gente la iba a juzgar por lo que había sido su vida anteriormente, pero después entendió que precisamente esa era la razón por la que tenía que compartir lo que a ella le había sucedido.
«Fue un proceso en el que yo me decía: ‘Michelle, dónde tenías la cabeza cuando estabas haciendo esto’. Ahora lo veo, pero en ese momento que estás perdido, te preguntas, ‘¿para dónde le doy?’. Fue difícil en cuanto a recordar todo eso que guardas en el subconsciente, porque me fui hasta donde tengo uso de razón, pero fue muy sanador porque ahora yo me siento libre de muchas cosas y es gracias a ‘Misión divina’ que me dio la oportunidad de sanar y el propósito es que lo haga con otros así como lo hice yo».
Pero, ¿qué piensa sobre la comunidad LGBT, Michelle? ¿Cómo le gustaría que las mujeres trans fueran representadas? Descúbrelo en este nuestro videoblog.