Stephen King es un genio para construir sus historias, es crudo, eficaz, e inesperado, pero también mantiene en un mismo nivel estos elementos de terror con la naturaleza humana y sus sentimientos universales.
“It”, para mí es su mejor obra, nos aterrorizó en los 90 a quienes fuimos niños con el payaso “Pennywise”, este monstruo formó parte de nuestras pesadillas, el personaje se convirtió en un icono pop y cuando la reversión llegó en 2017, pensamos que no podría superar al proyecto original, al menos mantener el nivel, y no fue así, Warner Bros y Andy Muschietti nos entregaron un excelente trabajo.
Ahora que se estrenó el capítulo 2, el cierre es digno, pero no logra llenar las expectativas que quedaron altas con el capítulo 1, que si bien mantenía la esencia pura del terror, también era monstruosamente tierna, tal vez porque los personajes eran esos niños con miedo a lo desconocido, pero ahora que se volvieron adultos, perdieron un poco esa magia que estábamos esperando ver, que se recupera a veces porque conectan con su pasado y los vemos otras vez siendo “Los Perdedores”.
El ritmo de “It 2” cae un poco cuando cada protagonista se reencuentra con su pasado para poder dar con la respuesta que necesitan, y así enfrentar a “Pennywise”, es tanto el tiempo que como espectadores pasamos con ellos, que precisamente el payaso, queda relegado, siendo la culminación del proyecto, era indispensable que conociéramos más acerca del siniestro personaje, que nos intimidaran con su sádica y sangrienta vida, pero casi no sucede.
Sin embargo, con los recursos limitados que le ofrecen a Bill Skarsgård, una vez más nos reitera por qué lo eligieron a él como “Pennywise”, sus gestos, su mirada y sus intenciones son tan aterradoras como atractivas, es un genio. Si hiciéramos el ejercicio de cerrar los ojos después de ver la película, lo primer que se formaría en nuestra mente es su cara, como si nos estuviera hablando o sonriendo, ¿o no?
El capítulo 2 nos ofrece varios sobre saltos, la introducción es muy sorpresiva, pero interesante, qué bueno, que la diversidad se vea hasta en las cintas de terror. Sí vamos a dar varios saltos desde el asiento y nos vamos a emocionar con un cameo por demás inolvidable.
Además, la trama mantiene un humor ácido constantemente, lo que aligera la adrenalina de los sustos. Finalmente, hay que destacar que el reparto adulto ha sido una gran elección, la mayoría son idénticos físicamente y en sus expresiones a sus roles de la infancia.