El pasado 20 de enero se estrenó la serie mexicana “Madre solo hay dos”, proyecto de Carolina Rivera y Fernando Sariñana junto a Alexis Fridman y Juan Uruchurtu a través de la compañía Perro Azul para la plataforma Netlifx.
Las protagonistas de este dramedy son Ludwika Paleta y Paulina Goto, quienes interpretan a “Ana” y “Mariana” respectivamente, dos mujeres con una visión muy distinta del mundo que tendrán que convivir al enterarse que sus bebés fueron intercambiadas al nacer. En entrevista, ambas actrices hablan de lo que fue ser parte de esta primera temporada de nueve episodios.
LUDWIKA PALETA
“Fer y Carolina tienen años escribiendo y produciendo sus proyectos, además tienen esta tradición de hacerlos para adolescentes o gente joven. Y cuando yo platiqué con Caro sobre la historia, me gustó mucho ver que estaba muy emocionada. Tanto Pau (Goto) como yo, coincidimos en que nos contagió la pasión con la que escribe y esas ganas con las que hace sus historias. Ella misma habiéndose estrenado como abuela tiene muy fresco esto de los bebés, las mamás primerizas y las maternidades tan diferentes que existen.
Nadie quisiéramos estar en esta situación (del intercambio de niñas), que resultó no ser una tragedia, pero me imagino que el que te digan que tu hija no es tuya y que la tienes que devolver, no está nada fácil, creo que es la pesadilla a la que todos los papás en general nos enfrentamos, cuando te entregan al niño en el hospital, sí pasa este pensamiento por la cabeza aunque sea medio segundo de decir: ‘¿y si será el mío?’. Entonces, se aborda desde un lugar bastante cómico y el resultado al final no es tan dramático, pero sí resulta una sensación rara”.
PAULINA GOTO
“Esta es una comedia inteligente y eso está bien padre. El público está acostumbrado a la comedia muy obvia y no sabíamos si a esta (serie) los iba a enganchar, así que está padrísimo escuchar que sí (está gustando). Aunque (las protagonistas) son tan diferentes en muchas cosas, las une algo que para ellas es lo más importante, y son sus bebés. Entonces, de alguna forma esto hace como un contrapeso bastante fuerte con todas las demás cosas que pudieran ser diferentes, se terminan uniendo y acercándose, comenzando a formar una amistad, a quererse más y apoyarse.
Sobre la rivalidad entre las mujeres, la sociedad nos ha enseñado a competir entre nosotras en vez de apoyarnos, y me da gusto que en ese sentido estamos reaprendiendo. Cuando era más chica no escuchaba esto ‘de vamos a apoyarnos entre mujeres’, creo que es algo nuevo, al menos en mi vida lo he venido oyendo desde hace un par de años. Y qué padre que las nuevas generaciones ahora pueden crecer con esa idea de que todas somos diferentes y que todas somos únicas y que eso es lo que te hace especial, que no te compares y que te quieras como eres. Nos hemos dado cuenta que si permanecemos unidas podemos lograr cosas muy buenas”.