Una de las cintas que pinta como fuerte contendiente para la próxima entrega de los premios Oscar, es “Mank”, una cinta impecable en su narrativa y diseño de producción. De hecho, si no supiéramos que es una película que se rodó en esta época, cualquiera podría pensar que es una joya de la época dorada del cine hollywoodense.
David Fincher presenta en “Mank” una reevaluación de Hollywood en los años 30 a través de la mordaz perspectiva de Herman J. Mankiewicz, un guionista, crítico social y alcohólico, mientras éste se apresura para terminar el guion de “El ciudadano Kane” para Orson Welles.
El director nos muestra todo ese halo radiante, el mito de las divas y de las películas viejas, pero también muestra el lado “B”, cómo era la maquinaria interna para provocar esa atmósfera glamorosa donde también sale a relucir el machismo y la misógina de aquellos ayeres donde a las mujeres se les veía como un objeto, cosa que sigue pasando, pero que las mujeres ya tiene a vienen no callarse y exigir el respeto que merecen.
El guion fue escrito por Jack Fincher, quien fuera padre de David. La trama sorprende por su exploración perspicaz y humorística sobre la creación, la adicción y la búsqueda del respeto por uno mismo. Además, como lo repito, los valores de producción, la cinematografía y el diseño de vestuario son impresionantes.
Gary Oldman, nominado al Oscar como mejor actor por esta película, es garantía de que el proyecto tiene sustancia y de que lo vamos a ver brillar, tiene el talento de mimetizarse en sus personajes, es de esos poco actores que ceden el cuerpo y la mente al para darle el merecido protagonismo a los roles que desarrolla.
En este filme encarna a Herman J. Mankiewicz, un estudiado y veterano guionista que trabajó en todo, por ejemplo, con los hermanos Marx o “El mago de Oz”. Y a medida que avanza en la escritura del guion, con el apoyo de la secretaria Rita Alexander (Lily Collins), se vuelve más creativo, impulsado por recuerdos de viejos amigos y enemigos también.
Amanda Seyfried como Marion Davies cobra un protagonismo interesante. La actriz se mimetiza en los años glamurosos de Hollywood, no por nada su nominación al Oscar como mejor actriz de reparto. Mank es una película con valores artísticos y estéticos que se quedarán en la memoria colectiva de la audiencia.
