Escritor, cronista y artista plástico, Pedro Lemebel, antes que todo era un activista en pro de los derechos humanos. Estandarte de la diversidad sexual, este artista en toda la extensión de la palabra, fue una voz incansable que levantó ámpula en los sectores más conservadores de Chile y América Latina. Su lucha ahora es contada a través de la lente Joanna Reposi Garibaldi a través del documental “Lemebel”, el cual presentó en la edición 34 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG).
En entrevista para Rosa Distrito, Joanna nos cuenta de la importancia de contar con un material audiovisual como este, que sin duda será una referente para las nuevas generaciones. “Es maravilloso lo que ha pasado a nivel de audiencia hasta el momento, hemos estado en tres países y antes de ganar el Teddy Award en Berlín, yo quedé muy emocionada e impactada con lo que ocurrió con el público, hubo 5 funciones y en 5 minutos fue sold out, la gente quería saber dónde encontrar los libros de Lemebel”.
“Y luego también está la prensa, que también se enamoró del personaje, que es muy poderoso, pero que también era desconocido. Luego me voy a Grecia y pasa lo mismo, sala llena. Ahora llego a Guadalajara, el primer contacto con el público latinoamericano, la sala se llenó y la charla que hubo con el público fue muy buena”, comparte la cineasta.
El cuerpo, la sangre y el fuego fueron protagonistas de una obra que, en sus últimos ocho años de vida, Lemebel quiso perpetuar en una película que no alcanzó a ver. En un viaje íntimo y poético a través de sus arriesgadas presentaciones sobre homosexualidad y derechos humanos, este documental retrata la culminación de un anhelo, la inmortalidad… reza la sinopsis.
“Él fue un visionario, un tipo de vanguardia y un valiente. Su lucha política a través de su cuerpo y la literatura es a fines de los años 80. En Chile existía la dictadura de Pinochet, súper férrea, difícil, sangrienta, no solo matando a homosexuales, también a personas de izquierda, y es ahí donde él emerge. Es súper interesante el discurso de Pedro que además fue muy consecuente, porque no solo habla de la homosexualidad, él fue pro derechos humanos, le dio voz en ese momento a las mujeres golpeadas y a las etnias, le dio una voz a los marginados desde su arte y lo hizo hasta el final, en el 2015. Y ahora que es 2019 estamos viendo cómo siguen matando homosexuales en las calles, lo vemos con Jair Bolsonaro en Brasil que le está quitando los derechos ganados a una sociedad muy abierta, con una comunidad LGBT poderosa. Siento entonces que el discurso de Pedro hoy en día es muy importante de conocer y de que explote”.
Sobre la construcción del documental, dice la directora que le dio una estructura plástica. “A mí me interesaba hablar de Pedro a través del performance, porque es algo que cinematográficamente me interesa y lo uso. Una segunda línea de fuerza es que Pedro es el protagonista, el que habla es él, por eso tomo la decisión de que las voces de los demás que aparecen fueran en off sin distinguir quiénes hablan, pero que ayudan en coro a poner ciertas cosas en contexto. Y otra cosa fundamental es la plástica, hago un retrato político íntimo, pero la plástica aparece en la forma de interpretar los archivos y la manera en la que se trabajan las texturas”.
Sobre lo que descubrió la directora más allá de la figura que representa Lemebel, dice que encontró al hombre detrás del artista. “La película derriba también muchos mitos en relación a su familia nuclear, porque tuvo una familia que lo quiso, que le respetó su homosexualidad, que no siempre ocurre, fue fundamental la relación con sus padres. Uno ve a Pedro como icono, como rockstar, pero también está su humor, su parte humana”.
Si bien se ha avanzado bastante, poniendo como ejemplo que hoy día en muchos lugares, las personas pueden cambiarse el género si es su decisión, comparte la cineasta que aún falta camino por recorrer. “Todavía estamos en ciudades muy burguesas y conservadoras donde estos personajes son incomodos, porque te muestran lo que no quieres ver. La lucha tiene que seguir todavía, hay que tomar las calles, hay que hablar, tiene que existir la paridad y la igualdad. Tendríamos que estar en una sociedad en la que ni tendríamos por qué hablar de estos temas, que fuera de lo más normal, porque yo no tengo por qué estar hablando de mi sexualidad y Pedro también lo decía, ‘no tengo por qué decir que soy homosexual’, pero bueno, es parte de la lucha, hasta que eso no se norme y sea un tema como el color del pelo, terminará”.
Todo este año el documental seguirá recorriendo festivales, sí habrá un estreno en salas de cine en México y pronto estará avisando Joanna. Finalmente, dice la directora que este proyecto le cambió la vida en cuanto a transformarla en una mejor cineasta. “Estoy en un momento más maduro de mi filmografía donde me encontré con un personaje muy poderoso con el que supe vincularme muy bien, además hice una bonita película, a mí me gusta”.