“Polvo”, cuando la ingenuidad y la ambición se unen

El humor negro es muy eficaz en la ópera prima de José María Yazpik –“Polvo”– una cinta donde la ingenuidad de un pueblo de Baja California Sur –San Ignacio, de donde es su padre– pronto comenzará a convertirse en ambición. Han caído del cielo paquetes que contienen polvo blanco, les han estado jodiendo los días a los vecinos, pero pronto llegará el hijo prodigo de la comunidad, “El Chato” (José María), quien les pide que por nada del mundo los tiren, es un “polvo farmacéutico” que él necesita y por cada paquete que le den, él les pagará 100 dólares.

La opulencia comenzará a hacer acto de presencia entre los lugareños, muchos no se cuestionan nada, otros sospechan y otros más saben que ese polvo vale más de lo que les están pagando, lo que ocasionará varias desventuras que pongan en aprietos al antihéroe de esta historia.

“El Chato” se había ido de San Ignacio 10 años atrás, quería ser actor, no era su intención volver, pero un cargamento de cocaína justo cayó en su comunidad y su jefe le ha pedido que vaya a recolectar el “polvo farmacéutico”, de lo contrario arderá el lugar. Así que “El Chato” se reencontrará con su pasado y verá que el presente le tiene varios secretos, uno de ellos con “Jacinta” (Mariana Treviño), quien era su novia y ahora está casada con el comisario del pueblo, “Toto” (Adrián Vázquez).

Si bien la película a veces tambalea en su ritmo, tiene otros elementos que la enriquecen demasiado, por ejemplo, el acento de los personajes, le da mucha vida a los diálogos y una naturalidad muy concisa, por otro lado la fotografía es hermosa, cada plano y panorámica están llenos de mucha luz y calidez, como si todo el tiempo estuviéramos viendo atardeceres, su estética le da un aire vintage, como de añoranza, como si recordáramos precisamente esos pueblos de donde vienen nuestros padres y nuestros abuelos.

Por otro lado es interesante como Yazpik retrata el fenómeno del poder, no hace falta ser millonario, a veces bastan unos cuantos dólares para sentirnos magnánimos, la corrupción se ha convertido en una enfermedad que embelesa tanto a los buenos como los malos.

Yazpik le da mucha credibilidad al arquetipo del macho mexicano, ese que se va un día por los cigarros y no vuelve, o lo hace porque ya lo ha perdido todo, aquí por ejemplo, trata de redimirse salvado a su pueblo de una desgracia. En general los actores están muy bien, es grato ver a gente como Wendolee teniendo su primera oportunidad en cine, lo hace muy bien.

El guion es de Alejandro Ricaño y el propio José María. Ojalá que Yazpik siga haciendo ejercicios como éste, de ponerse en la silla de director, se irá puliendo su visión creativa, esta primera entrega no está nada mal, además el gran reparto que lo respalda, como Angélica Aragón o Joaquín Cosío, le dan ese soporte que requiere para ser una producción redonda.

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Kike Esparza

Soy un periodista apasionado del cine, la música y la moda. Tengo una obsesión por contar las horas y estornudar una y otra vez cuando tengo que tomar una decisión. Quiero ser como Carrie Bradshaw.

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En este blog Kike Esparza habla desde su experiencia, 12 años en el periodismo le han permitido adentrarse y disfrutar de tópicos como el cine, la música, la moda y la diversidad. Rosa Distrito es el espacio que disfrutamos todos.

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