Tenía casi dos años sin salir de vacaciones, digo, continuamente estoy de viaje, pero es por trabajo. Y aunque lo disfruto, la verdad es que no se compara cuando te vas a relajar sin pendientes de oficina y vivir en el estrés de las coberturas donde tienes que escribir en cualquier lugar que tenga wifi para enviar la nota.
Tenía decidido irme a Manzanillo, Colima, no conozco y me habían recomendado esta playa porque lo que yo quería era alejarme del bullicio y sólo descansar, pero al contarle a mi amigo Mauricio de mi viaje, él también se unió a las vacaciones y como ambos tenemos mucho trabajo, postergamos el itinerario y decidimos irnos a Puerto Vallarta. Yo tenía como dos años sin ir, él va más seguido, y pues nos lanzamos.
De ida viajé en Blablacar y aunque no me quejo del precio, el viaje no es ideal, sobre todo si el coche va lleno (conductor-copiloto y tres más en la parte trasera) sugiero que si quieren ahorrar un poco busquen alternativas en la aplicación donde por lo menos vayan cuatro y no cinco personas. Mauricio y yo nos hospedamos en un departamento que rentamos en Bay View Grand cerca de La Marina, la vista a la playa es maravillosa, en la galería de fotos lo pueden ver.
Llegamos un martes al medio día, descansamos un poco, fuimos a hacer unos pendiente, y oh sorpresa, me puse uno huaraches lindos que terminé odiando, en menos de cuatro horas me hicieron unas ampollas impresionantes que fueron una molestia durante todo el viaje, Mauricio seguramente me odió, y no lo culpo, yo también me caí muy mal. Pero no dejé que me afectara del todo y aun así salí a divertirme, no me quedaba opción.
Vallarta se ha renovado mucho, tiene lugares muy bonitos e interesantes que yo no conocía, cualquiera podría pensar que sólo es la zona turística donde está el Malecón y la zona gay, pero tiene restaurantes y cafeterías muy lindos que están del otro lado del puerto, por ejemplo, para desayunar, Las Adelitas, o en la misma Marina hay muchas opciones, hay que investigar y explorar, vale mucho la pena.
Vi a una tortuga desovar en la playa, nunca me había tocado y la experiencia es muy bonita. Luego llegaron biólogos y estuvieron pendientes de ella para evitar que alguien pudiera hacer mal uso de los huevos, recordemos que son animales en peligro de extinción y muchas personas venden los huevos para el consumo humano.
Tengo que subrayar que el servicio de Taxis en Puerto Vallarta es pésimo, los costos son muy elevados, que puedo entenderlo porque es un lugar turístico, pero cuando el servicio que brindan los conductores es malo, la imagen del municipio queda muy mal parada. Los conductores son groseros, pareciera que te hacen un favor por transportarte y además te cobran lo que quieren. Ojalá haya una mejor manera de atender al turista, sino quieren servicios privados de transporte como Uber, mínimo que el trato hacia los paseantes sea de calidad.
El jueves de mis vacaciones (22 de junio) fuimos de fiesta a Flamingos –en la zona gay– primero estuve como “mosca muerta” bailando desde mi asiento porque no quería lastimarme las plantas de los pies, pero al calor de las cerveza refrescante, me mentalicé y disfruté el momento, bailamos toda la noche, fuimos los reyes del escenario, además íbamos muy guapos, tal cual, ¡triunfamos! Luego nos fuimos a Pacos Ranch pero estuvimos poco tiempo, ya estábamos cansados. Conocimos a chicos muy cool, que ojalá pronto volvamos a coincidir.
Ya el viernes sólo nos dedicamos a descansar, fuimos a comer y en la noche al cine, vimos “La Novia” –malísima película– Y el sábado por la mañana me regresé a Guadalajara pues al día siguiente tenía que irme a la Ciudad de México, pero ese viaje, se los cuento más adelante.