El 8M se ha vuelto una fecha reconocida a nivel mundial, pero mucha gente todavía no entiende lo que esta día representa en su nivel más básico. Lo conmemoran como el Día Internacional de la Mujer, cierto. Pero por qué confundirlo con una fecha para festejar cuando en realidad representa la muerte, la lucha y la revolución del género femenino en tiempos de atropellos, abusos y muerte.
¿No suena lejano, cierto? El mismo panorama nauseabundo vivimos hoy, aunque este contexto viene desde 1911. Hoy en día nos están matando. Hoy en día nos están desapareciendo. Hoy en día no nos contratan por ser fértiles, pero tampoco nos contratan por ser demasiado viejas. Hoy en día las mujeres somos un cliente demasiado caro y riesgoso para las aseguradoras médicas si estamos en nuestra edad fértil; si eres una “vieja” es más fácil que te aseguren. Asqueroso.
Hoy en día estamos peleando todavía por el derecho institucional a abortar para no morir. Pero al mismo tiempo Nuevo León acaba de aprobar la Ley Antiaborto donde especifica –en letras enormes y concretas– que el feto es una persona. Así, sin más. Pero, eso sí, esa reforma antiaborto no menciona por ningún lado el papel de los hombres. Es decir, exime por completo a hombres de toda responsabilidad en la reproducción. El dictamen recibió 30 votos a favor, 8 en contra y 2 abstenciones.
Estamos todavía muy lejos de la igualdad laboral. La brecha es cada vez mayor entre hombres y mujeres y, de acuerdo a la OIT, en 27 años solamente se ha reducido la desigualdad laboral por género 1.9 por ciento.
Uno pensaría que hoy en día las cosas habrían mejorado después de ese fatídico 25 de marzo de 1911 cuando un incendio acabó con la vida de 146 mujeres, esto provocado por el dueño de la fábrica Triangle Shirtwaist Company en Nueva York, quien, en su estupidez y deshumanización cerraba con llave las puertas para que las obreras no pudieran salir y así trabajaran las horas que les correspondían. En el siniestro murieron mujeres de entre 14 y 31 años.
Este es en realidad el evento fatídico que se conmemora cada 8 de marzo, no importa qué nombre le pongan o qué contexto quieran darle. Este día conmemoramos nuestra lucha, de todas, desde antes, desde siempre.
No es un día de festejos por nacer mujer, no es un día de festejos por ser la mejor esposa, hija, madre, trabajadora, de alguien. Es un recuerdo de la lucha que comenzó hace decenas de años y que seguiremos de frente hasta obtener la igualdad de derechos, hasta erradicar la violencia que impera contra nosotras por creernos inferiores a los hombres, hasta eliminar las putas reglas capitalistas que no nos dejan desempeñarnos por tener útero fértil, hasta que nos den el derecho a decidir si queremos traer o no niños al mundo sin ponernos en peligro.
Esta lucha es tuya, es mía, es nuestra. Es de todos. Esta lucha es una puta revolución.