El planteamiento de la historia en “Solteras” es que un grupo de mujeres de treinta y tantos años se inscribe a un curso para encontrar marido, partiendo de ahí podríamos pensar que es una cinta plagada de clichés y en cierta medida lo es, pero los toma como ejemplo para no hacer eso que siempre la sociedad les dicta a las mujeres acerca de cómo llevar su vida. La película de Luis Javier Henaine se agarra de la comedia para plantear y cuestionar a aquellos pensamientos del siglo pasado donde una mujer encontraría la plenitud casándose.
Cassandra Ciangherotti está divinamente divertida en la película, da vida a “Ana”, una joven que al principio está segura de que se quiere casar, su novio de años la termina y llega a la conclusión que ella es quien tiene la culpa y decide hallar una “solución” metiéndose a un curso donde espera encontrar marido, debe ser un hecho, pues su prima la que es menos bonita y divertida ya lo hizo tomando clase con la profesora de dicho taller, “Lucila” (Gabriela de la Garza).
En la trama el director nos presenta diversos perfile de mujeres y también de hombres, es interesante como el espectador se puede sentir identificado con cualquiera, es muy fresco ver cómo son retratadas las relaciones de pareja en la trama, porque en muchas cosas hay una realidad certera, claro que no en todo porque finalmente es una ficción y hay que meter ciertos matices de exageración e inverosimilitud.
Mientras se desarrolla la película, el público irá viendo junto con “Ana” y las chicas que con ella toman el curso, “Sandra”, “Ilse”, “Lola” y “Ema” (Irán Castillo, Sophie Alexander-Katz, Flor Eduarda Gurrola y Mariana Cabrera) que no todo en la vida es una boda o un príncipe azul, que hay otras cosas en las que las mujeres se pueden sentir realizadas sin esperar el matrimonio perfecto, los hijos divinos, la camioneta de lujo y la mascota. Ciertamente no es una película memorable, pero es de esas que te van a robar una sonrisa un fin de semana que decidas no salir de casa.