Nunca una película había llegado en un momento tan ideal. Hemos pasado por unos meses muy complicados a causa de la pandemia donde muchos hemos perdido nuestro sueldo, nuestro trabajo, nuestra salud y nuestros seres queridos. El 2020 nos ha hecho reflexionar sobre lo que queremos en nuestra vida, pero sobre todo a que por más que planees las cosas y tengas metas y propósitos, todo cambia en un segundo y no queda nada más que vivir el presente.
Y ese precisamente es uno de los grandes mensajes que trae “Soul”, la nueva película de Disney y Pixar, la cual, plantea en su contexto preguntas existencialistas que siempre nos hemos hecho. ¿Cuál es mi propósito en la vida? ¿La muerte es lo último que queda? ¿De dónde vienen los sueños?
Pasamos tanto tiempo viendo la manera en la que, primero queremos pensar en lo que nos hará felices, y después, si bien nos va, en cómo vamos a lograr eso, que dejamos pasar tantas cosas simples y sencillas a nuestro alrededor que cuando ya no las tenemos, las añoramos tanto y la verdad es que pocas veces podemos volver a obtenerlas, parece cliché, pero pasa.
“Joe” es un maestro de jazz que siempre ha querido ser un músico reconocido, ha estado esperando su oportunidad por mucho tiempo, sin embargo el día que todo conspira a su favor, muere. Su alma está lista para partir, pero él no, así que en los reinos cósmicos donde existe el antes y el después, conocerá a “22”, un alma que contrario a él, tiene miedo de vivir la vida.
Entonces, “Joe” y “22” estarán inmersos en inesperadas aventuras donde la moraleja más importante es vivir cada minuto como si fuera el último, porque propósitos los tenemos todos.
Por un lado “Joe” representa a aquel que se da cuenta de la virtud de la vida cuando todavía queda una nueva oportunidad, del otro lado está “22” que ha pasado tanto tiempo en evitar salir lastimado ante las situaciones cotidianas que prefiere no arriesgarse y quedarse en un sitio que no lo hace feliz ni pleno, pero que tampoco lo pone en conflicto. Y la verdad es que todos hemos sido los dos personajes en algún momento de nuestras vidas. No sé qué tanto le ha gustado esta cinta a los niños, pero a nosotros los adultos sí que nos ha tocado fibras muy profundas.