“Renovarse o morir”, reza la frase. Y Sylvia Pasquel siempre está buscando la manera de refrescar su carrera, ya sea como actriz o como productora. Recientemente estrenó la cinta “El diablo entre las piernas”, proyecto que protagoniza, y donde comparte créditos con Patricia Reyes Spíndola, Daniel Giménez Cacho y Alejandro Suárez, todos, bajo las ordenes de Arturo Ripstein.
En la trama, Sylvia interpreta a “Beatriz”, quien es víctima de insultos, vejaciones y humillaciones por parte de su celoso esposo, pero no huye de su lado porque han creado una codependencia y, al menos ella, no concebiría su vida de otra manera. La mujer, a fuerza de sentirse vejada, se siente deseada y sobre todo deseable. Quiere comprobarlo. Por ello una noche sale de casa sin rumbo alguno con un solo propósito: sexo. Sin embargo, su regreso a casa desata la hecatombe.
“Todos los comentarios que he recibido son de que les encanta la película, que está muy fuerte, que está muy cruda, que mi actuación maravillosa, que soy de Oscar, que soy de Ariel… La verdad sí es una gran película, un reto muy importante en mi carrera que no iba a dejar pasar. Ya estuvimos en el festival de Málaga, en el de Toronto, en el de Morelia, ahora la película se proyectará en el festival de Durango, y qué bueno, porque es cine diferente, porque independientemente de que está dirigida por Ripstein, quien es uno de los cineastas más importantes del mundo, es una cinta que está entrando al universo del cine popular, porque siempre sus películas son de cineteca o salas de arte”, comparte.
Además, expresa Sylvia que la película cuenta con el respaldo de la productora Mónica Lozano, “y eso ha ayudado mucho a este brinco de la película, porque es una mujer muy profesional con mucha visión”. Se siente satisfecha con la historia que se cuenta, pues se habla del deseo sexual entre los adultos que llegan a la plenitud de la edad, y de temas complejos como la celotipia.
“Definitivamente la gente no se imagina ni a sus papás ni a sus abuelitos haciendo el amor, porque se cree que cuando llegas después de los 50 ya eres adulto mayor, y luego el gobierno pinta a los de 50 con canas y con un gatito entre los brazos… pues no se piensa que uno puede seguir teniendo deseos, libido, pasión, gusto y sentimientos. Y aquí en la película no nada más está este tema, también está el de los celos, donde un hombre se vuelve loco después de unas confesiones que ‘Beatriz’ le cuenta cuando era joven e iniciaba con sus deseos sexuales de jovencita”.
Pero resalta que luego de recibir tantos insultos, “Beatriz” llega a pensar que todo esto ocurre porque la pareja la venera y la idolatra, “se trata del síndrome de Estocolmo”. Sylvia agradece la respuesta del público y los buenos comentarios que le han dejado. La actriz también se encuentra promoviendo su único disco como solista, un ´álbum homónimo ranchero del que ya ha subido un par de temas a plataformas digitales.